Finlandia.
El Báltico es el mar más joven del planeta y uno de los ecosistemas más sensibles. En sus aguas, el cambio climático se percibe mucho antes que en otros lugares.
Ervins Vilcins es pescador desde hace más de 35 años. Mientras recogía muestras de peces para los investigadores, ha sido testigo de los efectos del calentamiento global, a lo largo de los años. Y no es solamente el tamaño de las capturas lo que está cambiando.
“Los inviernos duros, ahora, son muy poco frecuentes, y es muy probable que el agua se caliente más. Los ejemplares de peces son cada vez más variados. Por ejemplo, ha entrado en nuestra fauna un gobio redondo que antes no se encontraba en esta zona. Con las aguas de lastre se introducen diferentes tipos de cangrejos. La naturaleza cambia rápidamente, y ni siquiera me refiero a pequeños microorganismos que no podemos percibir”, declaró el pescador Ervins Vilcins.
El salmón y el bacalao, antes abundantes en el mar Báltico, son cada vez más escasos en la zona. Las especies se están extinguiendo, no solamente por la pesca excesiva, sino también, porque sus lugares de desove se han reducido. Los científicos afirman que el mar Báltico, en espacios de más de 80 metros de profundidad se considera, ya, una “zona muerta”, dado que la cantidad de oxígeno no es suficiente para los organismos vivos. Debido al cambio climático, la tasa de reposición de agua está disminuyendo, y eso crea graves problemas para un ecosistema semicerrado como el mar Báltico.
“Las entradas de agua a gran escala eran bastante regulares en el siglo pasado, pero en las últimas décadas han desaparecido. Y, ahora, solamente se producen unas pocas entradas de agua de gran volumen. Básicamente, con esas entradas de agua se lleva al mar Báltico un tipo de agua más salina y más oxigenada del Mar del Norte, que supone un respiro para el medio ambiente del mar Báltico. Este descenso de entradas de agua es uno de los factores por los que está en tan mal estado actualmente”, afirmó Ivars Putnis, investigador del Instituto Científico BIOR.
Pero no solamente el calentamiento global está matando al mar. Se enfrenta a otros impactos medioambientales. La contaminación causada por la producción industrial y la agricultura es una pesada carga para un mar tan poco profundo y pequeño. Por ello, el Báltico está reconocido como uno de los ecosistemas más contaminados del mundo.
“Es un poco aterrador porque no veo la manera de que la gente busque, seriamente, cómo preservarlo. Se trata, más bien, de encontrar nuevas formas de obtener algún beneficio económico”, señaló Juris Aigars, investigador superior del Instituto de Ecología Acuática de Letonia.
Algunos pueden decir que el calentamiento global acabará haciendo que el mar Báltico sea como el Mediterráneo. Pero, en realidad, podría transformarlo en un lago báltico, antes que en un nuevo mar.
Por: Euronews.
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