México.
Las abejas conocidas como meliponas se caracterizan por no tener aguijón, por lo que no pueden picar, aunque cuando se sienten en peligro revolotean sobre oídos, fosas nasales, boca y ojos. Son más pequeñas que la abeja común de la miel: Apis mellifera, la cual no es nativa de América.
En México existen varias especies de meliponas, pero en la península de Yucatán es donde más se cultivan o domestican estas abejas para consumir su miel y usar la cera que producen. A esta actividad se le conoce como meliponicultura, que es una costumbre ancestral conocida desde la época de los mayas, de quienes heredó hacer tributo a su dios de la miel Ah Muzenkab y preparar una bebida fermentada usando, entre otros ingredientes, miel de melipona. Además, se sabe que los mayas buscan en la selva la miel de diferentes especies de meliponas para curar distintas enfermedades como catarata ocular, dolor de estómago o de cabeza, aliviar heridas, entre otros padecimientos.
La cera que producen las meliponas también fue muy útil durante la época de los mayas. A esta se le conoce como cera de Campeche y sirve para elaborar velas o veladoras con las que se alumbraban las personas durante la noche en aquella época en la que no había luz eléctrica.
En la sierra norte de Puebla, también se conoce que se cultivan una sola especie de melipona, pero en menor grado que en la península de Yucatán. En Hidalgo debe haber algunas especies de meliponas, aunque esto aún no ha sido estudiado.
Por ello, puede ser interesante estudiarlas, ir a la región Huasteca del estado de Hidalgo y buscarlas a ver qué especies se tienen e intentar cultivarlas. Tal vez esto nos conduzca a descubrir las propiedades curativas que poseen las mieles que producen especies particulares de meliponas y usarlas de manera racional.
Por: UAEH.
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