México.
Hilos resistentes, elásticos y viscosos, uno de los resultados de la evolución más sofisticados para obtener alimento: las telarañas. Las hay de diferentes tamaños y formas, en un aproximado de 30 tipos distintos. Son trampas que expanden los sentidos de sus tejedoras: las arañas.
Pues a pesar de que poseen ocho ojos, su visión no produce imágenes muy definidas. Al percibir las vibraciones por la caída de una presa, la araña acude y le inyecta veneno, un cóctel de sustancias químicas que ataca su sistema nervioso provocando la muerte. Todas las arañas tienen glándulas de veneno. Sin embargo, en México sólo dos especies son de riesgo para la salud humana.
En su abdomen poseen glándulas que producen seda, que al principio es líquida. Al pasar por las hileras, que son órganos capaces de formar hilos, la seda se solidifica y puede ser resistente, elástica o pegajosa, dependiendo de su composición química.
Además de telarañas, con los hilos de seda estos artrópodos pueden construir refugios, así como estructuras para proteger sus huevos y desplazarse con las corrientes de viento. Aunque no todas las arañas tejen telarañas, se estima que las que sí lo hacen superan las 20.000 especies.
En México, aproximadamente la mitad de las arañas que se conocen son tejedoras. Se considera que el surgimiento de la gran diversidad de arañas tejedoras coincide con la aparición de la diversidad de insectos polinizadores que son sus presas potenciales, quienes aparecieron junto a la variedad de plantas con flores durante el periodo jurásico, hace aproximadamente 150 millones de años.
Las arañas son muy importantes en la dinámica de los ecosistemas, pues regulan poblaciones de insectos y otros artrópodos de los que se alimentan. Algunos de ellos considerados plaga.
En el laboratorio de Aracnología de la Facultad de Ciencias de la UNAM, el doctor Fernando Álvarez Padilla realiza investigaciones sobre la diversidad y la evolución de las arañas de México.
Entender cómo construyen sus telarañas y venenos también puede ser benéfico para nosotros, pues podría ayudarnos a diseñar fármacos y hasta nuevos materiales. A pesar de su pequeñez, las arañas son ejemplo de lo fascinante que es la naturaleza y de lo mucho que podemos aprender de ésta si la valoramos y protegemos.
Por: DGDC.