San Pedro Sula, Honduras

Los sectores ligados a la literatura en Honduras esperan que el nuevo Gobierno que encabezará Xiomara Castro, a partir del 27 de enero de 2022, impulse «una plataforma de lanzamiento» de la cultura nacional en general, dijo el escritor Armando García.

«Los que estamos en la esfera del arte, sobre todo los que somos escritores, esperamos que este gobierno «sea una plataforma de lanzamientos de los aspectos culturales«, subrayó García, autor de «Hechos necios que acusáis», natural de Olanchito, departamento de Yoro, en el norte de su país.

REACTIVAR ESCUELAS DE ARTE Y EL INSTITUTO DEL LIBRO

Agregó que los hondureños en general abogan porque el arte y la cultura en todas sus manifestaciones ocupen un espacio importante en la Administración de Xiomara Castro, esposa del expresidente Manuel, Zelaya, quien fue derrocado el 28 de junio de 2009.

García también espera de Castro un instituto de las artes, de la cultura, del que emanen una serie de actividades para reactivar la Escuela Nacional de Bellas Artes, los museos infantiles y nacionales, además de escuelas de arte y de música, con orquestas sinfónicas y exposiciones de pintura en todo el país.

Honduras necesita «volver a financiar las casas de la cultura a nivel nacional, reactivar el instituto del libro y el documento, la investigación y recrear las pinacotecas y hemerotecas», señaló el intelectual hondureño.

El escritor aboga además porque se reactive en San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante de Honduras, la Escuela de Música Victoriano López, y que se abra una escuela de artes en La Ceiba, en el Caribe del país centroamericano, entre otras iniciativas.

LA LECTURA OBLIGATORIA CASTRA

A lo largo de la historia de Honduras, la mayoría de los gobiernos han gastado cientos de millones de dólares en armas para seguridad y defensa, pero han descuidado el arte y la cultura, en un país con una decena de pueblos indígenas y afrodescendientes, y una rica herencia cultural entre la que sobresale la historia escrita en piedra que dejaron los mayas, en el occidental valle de Copán.

El país necesita en sus 18 departamentos salas de exposición y teatros, que vuelva otra vez la imprenta y el libro en físico para que haya más gente leyendo en una Honduras en la que «solamente el 2 % de su población compra y lee libros, según las Naciones Unidas», recalcó el también autor de «Humor de negro», bajo el sello de Munir XXI Editores.

Además, según García, Honduras requiere «no una lectura obligatoria porque eso castra, sino una lectura como gozo, como instrumento espiritual para ayudar al crecimiento del hondureño«.

La presidenta Castro tendrá el desafío de llenar las expectativas de todos los sectores de la cultura hondureña, y en ese sentido García señaló que una serie de instituciones y personalidades a nivel nacional han venido elaborando un plan para la creación de un instituto de la cultura y las artes en general.

En el país hace falta, además, «el libro sin impuestos, permitir la importación y exportación de libros hondureños y, en general, remover el árbol de la cultura», enfatizó Armando García, autor, entre otras obras, de los cuentos «H de absurdo», «Tiro al blanco (y otras punterías)», «Memorias de un malogrado candidato a alcalde» y «69 lecciones para montar en bicicletas».

ESCRITORES CON DIFICULTAD PARA PUBLICAR

Debido a la falta de apoyo, publicar un libro no solo les resulta caro a los escritores, sino también difícil en un país donde las pocas bibliotecas y casas de la cultura que existen cierran a las cinco de la tarde (23:00 GMT), aunque en los últimos dos años han abierto pocos días por la pandemia de covid-19.

García dijo que algunas publicaciones se están haciendo a título personal, y que para apoyar a «una gran cantidad de escritores muy jóvenes y bien plantados en la literatura, es necesario que se cree el instituto del libro para que puedan publicar«.

«Necesitamos la difusión del libro y de todas las artes con una plataforma que sea verdaderamente oficial, del Estado, donde la cultura sea un aspecto oficial, no individual», agregó.

En su esfuerzo por seguir imprimiendo cultura, García tiene cuatro nuevos libros pendientes de publicar, entre ellos «Horizonte de perros» e «Hijos de la locura».

En lista de espera también está otro libro basado en el idioma inglés que dejaron en el siglo pasado dos compañías bananeras en el norte de Honduras, donde los «campeños» (campesinos) terminaron diciendo «guachimán» por watchman (celador), «osmil» por oatmeal (avena) y, «manchagai», al otrora tren de las fruteras para sus trabajadores, por machine guy, entre muchos otros vocablos.

Por: EFE