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Irene Vallejo y Alberto Manguel reciben la Medalla Carlos Fuentes en FIL

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Guadalajara, Jalisco.

Los escritores Irene Vallejo y Alberto Manguel fueron parte de la Apertura del Salón Literario en la edición 36 de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), donde además, la escritora Rosa Beltrán fungió como moderadora de un conversatorio posterior, donde hablaron sobre la historia de la lectura.

El evento inició con la participación de Raúl Padilla López, presidente de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en la que hizo entrega de la Medalla Carlos Fuentes. Esta distinción se entrega desde el 2012 y este año fue entregada por Silvia Lemus, viuda de Fuentes.

La apertura del salón literario es uno de los acontecimientos más esperados por los amantes de las letras. Tenemos el honor de hacer la entrega de la Medalla de Carlos Fuentes, distinción con la que rendimos homenaje a uno de los más entrañables amigos de esta FIL. Lo recordamos con mucho cariño. Cada año nuestra queridísima Silvia Lemus nos acompaña para honrar el legado de Fuentes. Así como hacer la entrega de este galardón a escritores y escritoras de amplia trayectoria”, comentó Padilla.

Para la FIL, contar con Irene Vallejo y Alberto Manguel es un honor. Su amor y dedicación por los libros y la lectura han sido la inspiración de sus obras más representativas. “Gracias a las letras formamos parte del cerebro más grande y más inteligente que ha existido nunca”, frase rescatada de una de las obras de Irene Vallejo.

¿Cuáles son los cambios en el proceso de la lectura que son clave en la historia?

Con esa pregunta abrió el conversatorio Rosa Beltrán. Alberto Manguel respondió “Yo pienso que la historia de la lectura no es una progresión matemática. Es una suerte de espiral, donde volvemos a ciertas técnicas, ciertas tecnologías y ciertos valores que dejamos de lado y luego recuperamos y renovamos de forma distinta”.

Los libros han avanzado desde el mundo antiguo al mundo actual. Se dice que nacieron en el año 4000 a. C. El primer sistema de escritura documentado es la escritura cuneiforme. Y se tiene el conocimiento que fueron de arcilla. Actualmente están al alcance de un click.

También mencionó Manguel, que lo difícil no es ir con alguien que lee en su día a día, sino ir con los que no son lectores, pues los libros son un privilegio.

“Cuando empieza la historia del libro es un objeto que sólo se pueden permitir poseer los privilegiados. Es un objeto reconocido instantáneamente como poderoso”, manifestó Irene Vallejo.

Manguel destacó que Colombia hizo algo que le encantó. El gobierno de Colombia hizo viviendas y dedicaba un espacio para hacer una pequeña biblioteca.

“Para mí en toda la historia y las transformaciones de la lectura, el aspecto que quizá más me ha cautivado, es el proceso de democratización de los libros. Hay un poder enorme de emancipación en la lectura y eso ha hecho que muchas dictaduras y momentos ha habido una gran resistencia a la expansión de la lectura”, explicó Vallejo.

Irene Vallejo habló específicamente de los años en los que hubo muchos cambios tecnológicos, de ciencia e industriales.

“Por ejemplo en el siglo XVIII y XIX se leía mucho menos que hoy y no se hablaba del problema de la falta de lectura y de la falta de tiempo dedicado a leer, sino todo lo contrario. Se hablaba del peligro de leer demasiado. Sobre todo para las mujeres, las personas trabajadoras, para las personas de otra raza, estos eran quienes corrían peligro si se acercaban a un libro. La explicación era que la lectura y la literatura favorecen la ensoñación. Estos sueños que podrían ser sinónimos de la libertad, expectativas, búsquedas, conformismo con su propio destino. Era algo que no se deseaba para las mujeres que estaban destinadas al marido”, declaró Vallejo.

Mujeres en la literatura contemporánea y clásica

Para concluir, Rosa Beltrán les cuestionó si leen a autoras mujeres, no solo a las clásicas, sino a las contemporáneas,

Irene Vallejo mencionó a Rosario Castellanos, una escritora que en una de sus obras recomienda a autoras y reivindica a mujeres que se han convertido en clásicas de la literatura y la creación.

Reflexiona sobre lo que en México significa ser una mujer intelectual en su época. Es una pionera del feminismo y de esa reivindicación del papel intelectual de las mujeres que ha existido frente a los obstáculos a lo largo del tiempo”, subrayó Vallejo.

Por su parte Manguel recalcó que él lee por el placer de hacerlo. “A mi no me interesa ni la nacionalida, ni sexo, ni la lengua del autor. Me parece un insulto decir que leo un libro de Irene Vallejo o Rosa Beltrán sólo porque son mujeres. La literatura debería de ser anónima”, concluyó Manguel.

Por: Itzel Inda/NCC Iberoamérica

Noticiero Científico y Cultural Iberoamericano – Noticias NCC
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