Estados Unidos.

El 8 de noviembre de 2020 en su casa de Nueva York, Alejandra Guttman, vicepresidenta senior de investigación y desarrollo clínico de vacunas de Pfizer, celebró en medio de lágrimas al conocer los resultados de los ensayos clínicos de la que iba a ser la primera vacuna contra la COVID-19, con un 95% de eficacia, un logro inimaginable en menos tiempo del que se esperaba.

“Ya veníamos pensando y acelerando un poco más a uno de los procesos, pero obviamente lo que pasó durante la pandemia y el desarrollo que fue tan rápido, demostró que podemos hacer cosas más rápido. Esto no es solamente lo que hizo Pfizer, que fue sumamente crítico e importante para echar la primera vacuna. Pero también todas las interacciones que tuvimos con agencias regulatorias alrededor del mundo para estar, asegurarnos que lo que nosotros estábamos haciendo un estudio clínico también iba a satisfacer la parte regulatoria, y para aquellos cuerpos que son los que recomiendan la vacuna, iban a tener suficiente información y evidencia para poder recomendar”, comentó Guttman.

El primer ensayo: Pfizer BioNTech

Un mes más tarde, el 13 de diciembre, las primeras dosis de esta vacuna realizada por Pfizer BioNTech, salían de la planta de Pfizer de Kalamazoo en Michigan Estados Unidos para empezar a inocularse habían pasado 280 días desde el inicio de la investigación en laboratorio.

“Todavía estamos en una época post pandemia donde seguimos trabajando la vacuna de covid, pero también queremos, nos dimos cuenta que acelerar el desarrollo de vacunas es importante sobre todo cuando estamos tratando de traer vacunas para enfermedades que todavía no tienen algún tipo de prevención”, aclaró Guttman.

No solo es la investigación o la producción, sino todo lo que rodea a la creación de una nueva vacuna con los pasos dándose por primera vez en paralelo y no uno detrás de otro y con un hilo de comunicación constante con los reguladores.

Fue un cambio en la forma de trabajar que parece haber llegado para quedarse y que también empujó en gran medida la tecnología usada para formular la vacuna de la COVID-19.