Izura, Japón.

 

 

TeamLab abrió este martes una nueva exposición nocturna en la costa de Izura, en la prefectura de Ibaraki (al norte de Tokio), que cuenta con un total de once obras escondidas entre arrozales y un frondoso bosque, reflejando la profunda conexión entre la naturaleza y el arte de este colectivo nipón.

‘teamLab: Hidden Traces of Rice Terraces’ juega con el uso de las formas y las luces para dar vida a un arrozal de agua de manantial escondido en una remota montaña de la región, lugar donde el visitante puede interactuar y dejar «huella» en las diversas obras del popular grupo de arte digital inmersivo.

Además de exponerse una gran variedad de piezas artísticas, se han habilitado instalaciones de alojamiento «glamping» junto a la exhibición, donde los visitantes pueden pasar la noche. También se ofrecen otros servicios, como baños termales, tanto en interior como en exterior, y cenas elaboradas por un chef local.

Desde teamLab, la experiencia de alojarse en una cabaña privada o en tiendas de campaña frente a la exhibición busca convertir al visitante y al arte en «uno solo», ofreciendo una experiencia única.

Aquellos que deseen disfrutarla al completo podrán hacerlo pagando entre 18.700 yenes (unos 115 euros) y 36.300 yenes (unos 225 euros), pero no es necesario alojarse para disfrutar la exposición cuyo precio es de 2.200 yenes (13,5 euros) para adultos.

 

La conexión entre arte y naturaleza

 

Las obras del colectivo artístico teamLab recobran sentido gracias a su gran conexión con la naturaleza, siempre presente en sus exhibiciones y donde se experimenta con la continuidad del tiempo, la vida humana o la construcción de nuevas formas sin destruir el entorno.

«Siempre me he interesado por la continuación del pasado en el presente. La naturaleza y los bosques terrestres son una muestra más de esta relación en el tiempo», reflexiona Toshiyuki Inoko, fundador de teamLab, en declaraciones a EFE, quién añadió su interés permanente por hacer de estos lugares nuevas obras de arte.

«Creo firmemente que la naturaleza o los bosques con largos periodos de antigüedad no existen de forma independiente» (…) «Quiero crear algo que sea siempre continuo, no sólo cosas individuales, sino que la continuidad en sí misma sea hermosa», declaró Inoko.

El interés del fundador del colectivo artístico por la naturaleza trasciende más allá del aspecto visual; la belleza del bosque se complementa con la conexión de la línea temporal y los elementos externos, que ayudan a construir las obras de teamLab.

 

Interés por un arrozal «secreto»

 

El lugar donde se ha inaugurado esta nueva exhibición es una montaña cercana al antiguo alojamiento de Tenshin Okakura, uno de los pensadores modernos más conocidos en el ámbito del arte en Japón, y que albergaba un arrozal de agua de manantial «secreto» y de difícil acceso en la costa de Izura.

«Hace tres años y medio, me adentré en la zona cortando las hierbas, era un bosque tan frondoso» (…) «Me dijeron que eran las ruinas de un arrozal de agua de manantial, siempre había querido hacer una obra en este tipo de espacio», explica Inoko sobre cómo descubrió el lugar y su interés desde el primer momento.

«Desde lo visual, el arrozal en terrazas varía en altura» (…) «Esas diferencias sobre el terreno parecen escaleras y son bastante interesantes para el ojo del visitante», contó Inoko a EFE, quien destacó la gran longevidad que suelen tener los arrozales de agua de manantial y cómo simbolizan la «larga continuación» del tiempo.

Además de aprovechar las terrazas de los arrozales, el resto de las obras utiliza luces artificiales y sonidos ambientales amplificados para crear una experiencia inmersiva. En el frondoso bosque de la montaña, se pueden observar desde el bambú hasta las olas del mar que rompen cerca de la zona.