Bolivia.
Esta orquesta sinfónica en el pueblo boliviano de San Javier estrenó una obra muy especial. Se trata de una ópera barroca escrita por un indígena, única en el mundo, y cuyas partituras estuvieron ocultas durante siglos en una iglesia de la Amazonía. Hace un año el cubano Eduardo Silveira y un grupo de jóvenes se abocaron a la tarea de recrear la obra en su dialecto original.
“Esta es la única ópera indígena en bésiro. Es una ópera hecha con todo. Yo creo que fue una ópera festiva por los movimientos de las áreas, por lo que trae. Nosotros nos hemos enriquecido musicalmente insertándole varios instrumentos ancestrales de percusión, de viento”, dijo Silveira.
El bésiro es una de las lenguas de los chiquitanos, pequeños pueblos indígenas que fueron agrupados por los jesuitas en la región amazónica en el siglo XVIII. Forma parte de los 37 dialectos reconocidos oficialmente en Bolivia y, según el Instituto Plurinacional de Estudios de Lenguas y Culturas, es uno de los siete que está en riesgo de desaparecer.
“El idioma que utilizamos nosotros es el bésiro y últimamente el bésiro se está perdiendo, y aquí es donde lo queremos incorporar todo el idioma”, comentó Yhorgina Algarañaz, intérprete.
Los historiadores que estiman que la obra data de 1740 y fue escrita de manera anónima por un indígena evangelizado no han determinado aún si llegó a presentarse en su época. Las partituras habían sido celosamente guardadas por los chiquitanos en la Iglesia de San Rafael, a unos 300 kilómetros de San Javier.
En los años 70, el arquitecto Suizo, Hans Roth, se encontraba en Bolivia para restaurar algunos templos jesuitas cuando se encontró con la singular ópera. El proceso de reconstrucción terminó dos décadas más tarde, gracias al impulso de especialistas como el sacerdote e historiador polago Piotr Nawret.
“El manuscrito fue restaurado con el apoyo de muchas instituciones, especialmente las embajadas asociadas en La Paz. Y la restauración de este manuscrito lo considero como una de las mejores jamás hechas”, destacó Nawret.
Con la obra restaurada, Silveira empezó a preparar la puesta en escena. A las cantantes Georgina Algarañaz y Carla Pereira, les tomó un año familiarizarse con el bésiro.
“Es bueno poder revivir algo que ni siquiera había visto. Es como ver un libro, un libro viejo que nunca lo viste, pero lo abrí y te atrapa mucho y vas leyendo, lo vas leyendo, y es ahí donde te das cuenta, y dices: Uy, ¿cómo no leí esto?”, dijo Algarañaz.
La obra finalmente vio la luz a finales de abril con una velada especial, pero ahora Silveira y su orquesta ya piensan en la próxima presentación.
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