Madrid, España.

Las sesenta grandes entidades financieras internacionales continúan financiando proyectos de combustibles fósiles, responsables del calentamiento global y de la emergencia climática actual, con JP Morgan, Citigroup o Bank of America a la cabeza seguidos de bancos asiáticos.

Así se recoge en el informe «Banking on Climate Chaos«, elaborado con información de varias organizaciones, entre ellas, Banktrack, RAN o Reclaim Finance, presentado este lunes por Ecologistas en Acción en España.

El estudio, que recoge datos desde 2016 -año de entrada en vigor del Acuerdo de París- hasta 2023, señala que a pesar de los compromisos adquiridos por este sector financiero y confirmado en las Cumbres del Clima, los 60 mayores bancos el mundo en empresas con negocios en combustibles fósiles alcanzó los 705.000 millones de dólares en 2023.

Una cifra que se eleva a los 6,9 billones de dólares desde la firma del Acuerdo de París, que establece el compromiso de reducir emisiones a la atmósfera para controlar el ascenso de la temperatura en el planeta y el impacto de fenómenos climáticos.

La lista de financiación total de combustibles fósiles la encabeza el JP Morgan (430.930 millones de dólares), seguido por Citigroup (396.330 millones); Bank of America (333.160 millones) y en la que la banca asiática, con grandes intereses en el sector, ocupa el siguiente lugar, con Mitsubishi UFJ Financial (307.670 millones).

Entre los bancos españoles, que tienen inversiones en Latinoamérica, el Santander se encuentra en la posición 31 de la clasificación de un total de 60 bancos, con una inversión en total de 79.881 millones de dólares desde el año 2016 destinados al negocio de los combustibles fósiles.

El informe destaca que el sector del gas fósil licuado (GNL) es uno de los negocios que más está creciendo. En 2023, las empresas del sector percibieron 121.000 millones de dólares de los bancos analizados, una cifra ligeramente superior a los 116.000 millones de 2022.

Ecologistas en Acción considera que se trata de unos datos «alarmantes», porque aunque el GNL se está vendiendo como un combustible limpio, es un combustible fósil y «de acuerdo a estudios recientes se ha comprobado que tiene un mayor impacto en el clima de lo que se pensaba». EFE