Ginebra, Suiza.
La disponibilidad de alimentos mejoró ligeramente en la asediada Franja de Gaza, pero aún existe riesgo de hambruna en el territorio palestino, devastado por la guerra entre Israel y Hamás, indicó el viernes la Organización Mundial de la Salud.
«Hay un poco más de comida, comida más variada (…) las personas también nos lo dicen», declaró el médico Rik Peeperkorn, representante de la OMS para los Territorios Palestinos, en una rueda de prensa por video desde Jerusalén.
«Lo que observé con el tiempo es que ciertamente hay más alimentos básicos, más trigo, pero también un poco más de alimentos diversificados en los mercados, en el sur y también en el norte» de Gaza, añadió, afirmando que «la situación alimentaria ha mejorado un poco».
El médico Ahmed Dahir, también de la OMS, confirmó estas declaraciones desde la Franja de Gaza.
Antes, «miles» de personas se abalanzaban sobre los camiones de la OMS que se dirigían al norte de Gaza con la esperanza de recuperar algunos alimentos, señaló.
«Eso cambió en las últimas semanas. Hoy entra más comida», dijo.
Israel impuso un «asedio completo» a Gaza el 9 de octubre, en respuesta al ataque de Hamás contra su territorio, que desató la guerra entre el Estado hebreo y el movimiento islamista palestino el 7 de octubre.
La ayuda internacional, sometida a control israelí, apenas entra con cuentagotas a la Franja Gaza, principalmente por la localidad de Rafah, en el extremo sur del bombardeado territorio.
Pero es insuficiente para aliviar las necesidades de los 2,4 millones de gazatíes.
El gobierno israelí ha acusado a las oenegés y a la ONU de no distribuir lo suficientemente rápido la ayuda, pero éstas lo han imputado a las restricciones e inspecciones impuestas por Israel.
Dahir subrayó no obstante que la situación sigue siendo «frágil» en Gaza, donde la población carece de efectivo para pagar la comida en los mercados.
Ambos médicos insisten en que el riesgo de hambruna no ha desaparecido. «Estamos viendo una ligera mejora en la disponibilidad de alimentos», pero la producción local quedó completamente destruida, afirmó Peeperkorn.
Además del paso de Rafah, las autoridades israelíes reabrieron en diciembre el paso de Kerem Shalom, también en el sur.
Tras las presiones de Estados Unidos, Israel abrió a finales de abril el paso de Erez, en el norte de la Franja, para la ayuda procedente de Jordania.
Tanto la ONU como la OMS temen que una anunciada ofensiva israelí en Rafah, donde se hacinan más de 1,2 millones de palestinos, provoque el cierre del punto de paso.
«Casi todos los suministros médicos pasan por el paso de Rafah», recordó Peeperkorn, añadiendo que la agencia prepara «planes de emergencia» para asegurarse de que el sistema de salud pueda enfrentar las necesidades de la población en caso de ofensiva.
El portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (Ocha) de la ONU, Jens Laerke, explicó a su vez que Naciones Unidas advirtió durante mucho tiempo que una ofensiva en Rafah «podría desembocar en una masacre».
También supondría «un duro golpe para las operaciones humanitarias» en Gaza, ya que Rafah «está en el centro de las operaciones humanitarias», alertó.
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