Chile.
Tras 26 años de planificación y construcción, este martes se ha inaugurado oficialmente el emplazamiento del Observatorio Atacama de la Universidad de Tokio (TAO, por sus siglas en inglés: The University of Tokyo Atacama Observatory), que incorporará un telescopio óptico-infrarrojo de 6,5 metros y nuevos instrumentos para investigar el universo.
Este observatorio está construido en la cima de una montaña desértica del norte de Chile, el cerro Chajnantor, a una altitud de 5640 metros que lo posiciona como el más alto del mundo, reconocido así en el Libro Guiness de los récords. Detrás, a un poco más de 5200 m, se sitúa el Observatorio Astrofísico de Chacaltaya, en los Andes bolivianos.
La ceremonia de inauguración del site o lugar del nuevo observatorio se ha celebrado en la capital chilena. “A medida que avanzan los trabajos de construcción del sitio del telescopio y se han completado las instalaciones de la cumbre, incluido el recinto, el 30 de abril de 2024 se ha celebrado una ceremonia conmemorativa en Santiago de Chile para celebrar la finalización del emplazamiento del telescopio TAO y rogar por la seguridad y el éxito en su funcionamiento”, han destacado los promotores del proyecto.
Observaciones científicas en 2025
También han explicado que las observaciones científicas “comenzarán en 2025 para dilucidar los mayores misterios de la astronomía: el nacimiento de las galaxias y el origen de los planetas”.
TAO no se encuentra lejos de otra importante instalación astronómica: el radiotelescopio ALMA (Atacama Large Millimeter/submillimeter Array), un conjunto de antenas situadas en el llano de Chajnantor a unos 5000 m de altitud. Pero, ¿qué ventajas e inconvenientes implica estar tan alto?
“Buscamos dilucidar misterios del universo, como la energía oscura y las primeras estrellas primordiales, y para ello, es necesario observar el cielo de una forma que solo TAO hace posible”, destaca el profesor emérito Yuzuru Yoshii, investigador principal del proyecto desde 1998, quien explica: “Incorpora una óptica, sensores, electrónica y mecanismos de última generación, pero la singular altitud de 5640 m es lo que le confiere tal claridad de visión. A esa altura, hay poca humedad en la atmósfera que afecte a su visión infrarroja”.
El profesor también comenta los desafíos a los que se han enfrentado: “La construcción en la cima del Cerro Chajnantor fue un reto increíble, no solo desde el punto de vista técnico, sino también político. Me puse en contacto con los pueblos indígenas para asegurarme de que se tienen en cuenta sus derechos y opiniones, con el gobierno chileno para conseguir el permiso, con las universidades locales para la colaboración técnica e incluso con el Ministerio de Sanidad chileno para asegurarme de que se puede trabajar a esa altitud de forma segura”.
Riesgo de mal de altura
El riesgo de padecer mal de altura en esas condiciones es alto, no solo para los trabajos de construcción, sino incluso para los astrónomos que observen e investiguen allí, especialmente por la noche, cuando algunos síntomas pueden ser peores.
Pero los promotores de TAO consideran que los esfuerzos merecerán la pena: “Gracias a la altura y al entorno árido, será el único telescopio terrestre del mundo capaz de ver con claridad las longitudes de onda del infrarrojo medio. Esta zona del espectro es extremadamente buena para estudiar los entornos que rodean a las estrellas, incluidas las regiones de formación de planetas”, afirma el profesor Takashi Miyata del Instituto de Astronomía de la Universidad de Tokio y responsable de la construcción del observatorio.
“Además –añade–, como TAO está operado por la Universidad de Tokio, nuestros astrónomos tendrán acceso ilimitado a él durante largos periodos de tiempo, lo que es esencial para muchos nuevos tipos de investigación astronómica que exploran fenómenos dinámicos imposibles de observar con observaciones poco frecuentes desde telescopios compartidos. Estoy muy emocionado: las observaciones están a punto de comenzar”.
Los instrumentos SWIMS y MIMIZUKU
Los investigadores japones también han contribuido al desarrollo de algunos de los avanzados instrumentos de TAO. “Nuestro equipo desarrolló el Espectrógrafo Multiobjeto Infrarrojo de Campo Amplio y Colores Simultáneos (SWIMS en inglés), un instrumento que puede observar una gran área del cielo y simultáneamente dos longitudes de onda de luz. Esto permitirá recoger de manera eficaz información sobre una amplia gama de galaxias y su formación, incluida la evolución de los agujeros negros supermasivos en sus centros”, señala el profesor adjunto Masahiro Konishi.
“Espero que la próxima generación de astrónomos utilice TAO y otros telescopios terrestres y espaciales para hacer descubrimientos inesperados que desafíen nuestra comprensión actual y expliquen lo inexplicable”, comenta.
La estudiante de posgrado Riko Senoo pone un ejemplo: “Utilizo varios experimentos de laboratorio para comprender mejor la naturaleza química del polvo orgánico del universo, lo que puede ayudarnos a saber más sobre la evolución de los materiales, incluidos los que condujeron a la creación de la vida. Cuanto mejores sean las observaciones astronómicas de la realidad, con más precisión podremos reproducir lo que vemos con nuestros experimentos en la Tierra. En este contexto, TAO puede ser de gran ayuda para observar el polvo orgánico en el infrarrojo medio”.
Observaciones in situ y en remoto
“Aunque en el futuro podré utilizar TAO a distancia, estaré in situ para ayudar en la construcción de nuestro instrumento especializado: la cámara MIMIZUKU, un “captador de imágenes de campo múltiple en el infrarrojo medio para observar el universo desconocido”.
Los responsables del nuevo observatorio confían en que la comunidad astronómica encontrará nuevas formas de realizar observaciones revolucionarias con TAO. Esperan que las características que lo hacen tan novedoso –su funcionamiento a distancia, los instrumentos de alta sensibilidad y disponer de un telescopio de alta precisión para trabajar en un entorno de baja presión– inspiren a los diseñadores, ingenieros e investigadores que construyen instalaciones de observación astronómica en todo el mundo.
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