Un equipo coordinado por el profesor del Instituto de Biotecnología y de Biomedicina y del Departamento de Genética y de Microbiología de la UAB Antonio Villaverde, con la participación del Institut de Recerca Sant Pau y el CIBER-BBN, ha desarrollado micromateriales autocontenidos, compuestos únicamente de proteínas, capaces de entregar de forma prolongada en el tiempo el polipéptido que los compone.

La tecnología utilizada para la fabricación de estos gránulos, y que ha sido patentada por los investigadores, es relativamente simple e imita la organización de los gránulos secretores del sistema endocrino humano. Desde el punto de vista de la estructura química, implica la coordinación del zinc iónico con dominios ricos en histidina, un aminoácido esencial para los seres vivos y por tanto, no tóxico.

Los nuevos micromateriales están formados por unas cadenas de aminoácidos denominadas polipéptidos, que son funcionales y están biodisponibles en forma de nanopartículas para ser liberadas y dirigirse a tipos específicos de células cancerosas para su destrucción selectiva.

El equipo de investigación ha analizado la estructura molecular de estos materiales así como la dinámica del proceso de secreción tanto in vitro como en animales. En un modelo animal de cáncer colorrectal CXCR4+, el sistema ha mostrado un alto rendimiento tras la administración subcutánea y se ha observado cómo las nanopartículas de proteína liberadas se acumulan en los tejidos tumorales de los ratones.

«Es importante destacar que dicha acumulación es más eficaz que cuando la proteína se administra en el torrente sanguíneo. Este hecho ofrece una nueva e inesperada forma de garantizar altos niveles locales de fármaco y una mejor eficacia clínica, evitando regímenes de administración intravenosa repetida», explica Villaverde.

El equipo de investigación ha analizado la estructura molecular de estos materiales así como la dinámica del proceso de secreción tanto in vitro como en animales. En un modelo animal de cáncer colorrectal CXCR4+, el sistema ha mostrado un alto rendimiento tras la administración subcutánea y se ha observado cómo las nanopartículas de proteína liberadas se acumulan en los tejidos tumorales de los ratones.

«Es importante destacar que dicha acumulación es más eficaz que cuando la proteína se administra en el torrente sanguíneo. Este hecho ofrece una nueva e inesperada forma de garantizar altos niveles locales de fármaco y una mejor eficacia clínica, evitando regímenes de administración intravenosa repetida», explica Villaverde.