Río de Janeiro, Brasil.
Los mineros ilegales destruyeron el año pasado 14 kilómetros cuadrados de selva en las tres reservas indígenas más amenazadas por esta actividad en Brasil, pese a las medidas adoptadas por el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva para expulsarlos, según un estudio divulgado este lunes por Greenpeace.
Los datos recogidos por Greenpeace mediante tecnologías de análisis de imágenes de satélite demuestran que los esfuerzos de combate a la minería ilegal en las tierras indígenas aún son insuficientes, afirmó la organización ecologista en un comunicado.
Según la organización internacional, son necesarias medidas urgentes dirigidas no solo a reducir la actividad de los ‘garimpeiros’ (mineros ilegales) en las tierras indígenas, que es prohibida por ley, sino también a eliminarla del todo.
«Cada hora que pasa con ‘garimpeiros’ dentro de los territorios indígenas significa más personas amenazas, más trechos de río destruidos y más biodiversidad perdida. Necesitamos, inmediatamente, de una Amazonía libre de minería ilegal», afirmó el vocero de Greenpeace Brasil, Jorge Eduardo Dantas, citado en el comunicado.
El estudio midió la deforestación provocada por la minería ilegal en las tierras indígenas de las etnias yanomami, kayapó y munduruku, todas ubicadas en la Amazonía brasileña y consideradas como las más amenazadas por los ‘garimpeiros’.
Según Greenpeace Brasil, la destrucción promedio en las tres reservas fue de 38.356 metros cuadrados diarios, el equivalente a unas cuatro canchas de fútbol.
Con los 14 kilómetros cuadrados destruidos el año pasado, el área total devastada en esos tres territorios llegó a 264 kilómetros cuadrados desde que se tienen registros.
Según la organización, la peor situación la registra la reserva de los kayapó, en el estado amazónico de Pará y donde el área devastada el año pasado ascendió a 10 kilómetros cuadrados.
«Hemos leído y escuchado mucho sobre los esfuerzos del Gobierno para combatir la minería ilegal en la tierra de los yanomami, pero hay que recordar que la situación en los territorios de los pueblos kayapó y munduruku es más grave. También hay que reforzar las operaciones en esas áreas», dijo Dantas.
Una de las primeras medidas adoptadas por Lula al asumir su tercer mandato como presidente de Brasil, en enero de 2023, fue declarar una emergencia sanitaria en el territorio yanomami para hacer frente a los graves problemas de salud y del medio ambiente provocados por la invasión de unos 30.000 ‘garimpeiros’.
El avance de la minería ilegal, que contamina ríos y destruye la selva amazónica, provocó en los últimos años decenas de muertes de indígenas yanomamis como consecuencia de desnutrición, neumonías o diarreas.
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