Por: Walter Alberto Pengue (Argentina).
“A menos que actuemos ahora, la Agenda 2030
se convertirá en un epitafio de un mundo que podría haber sido”, António Guterres (2023)
Luego de la fracasada generación de los Objetivos del Milenio del período anterior, las Naciones Unidas se plantearon la loable meta de promover una real transformación de la situación mundial a través de los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
En el año 2015, la Organización multilateral realizó un llamamiento universal para ponerle fin a la pobreza extrema, el hambre más urgente, ampliar la protección de la naturaleza y garantizar que para el año 2030 que todas las personas disfruten de paz y prosperidad, bajo el argumento de no dejar a nadie atrás.
A pesar de los enormes esfuerzos realizados por científicos, funcionarios, grupos de acción comprometidos con la sustentabilidad y el compromiso serio de algunos gobiernos para lograrlo, estas metas mundiales estarían aún lejos de cumplir la misión encomendada.
Para hacer un seguimiento ordenado de los avances y cumplimiento de tales Objetivos, las Naciones Unidas encomendó la preparación de Reportes cuatrianuales sobre el cumplimiento de los distintos indicadores analizados. EL primero de ellos fue presentado en el años 2019, a cuatro años del lanzamiento mundial y el segundo, acaba de ser liberado a la comunidad mundial en setiembre de 2023, llamado TIMES OF CRISIS, TIMES OF CHANGE: SCIENCE FOR ACCELERATING TRANSFORMATIONS TO SUSTAINABLE DEVELOPMENT (ONU 2023).
Es claro que la política, no ha dejado lugar a la ciencia, pero sí se fortalece la cuestión de comenzar a prestar una mayor atención a las investigaciones y los alertas que los científicos – en sus distintos ámbitos y con enfoques inclusive más holísticos que algunas pocas décadas atrás – están siendo más escuchados pues sus reclamos llegan más rápido y en forma directa a una sociedad, al menos ahora, algo más preocupada. No obstante, aún estamos muy lejos del cumplimiento, en los tiempos programados originalmente de 2015-2030.
Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible plantean, identificados cada uno con un número el 1) Poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo, 2) Poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible, 3) Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades, 4) Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos, 5) Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas, 6) Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos, 7) Garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos, 8) Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, 9) Promover el desarrollo de industria, innovación e infraestructuras, 10) Reducir la desigualdad en y entre los países, 11) Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, 12) Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles, 13) Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, 14) Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible, 15) Gestionar sosteniblemente los bosques, luchar contra la desertificación, detener e invertir la degradación de las tierras y detener la pérdida de biodiversidad, 16) Promover sociedades, justas, pacíficas e inclusivas y 17) Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible.
Los datos producidos en el Reporte 2023 de 224 páginas, parece que nos están interpelando al indicar que el mundo no los estaría logrando. António Guterres alerta que “Cuando los líderes mundiales adoptaron la Agenda 2030, se comprometieron a “Transformar nuestro mundo” para las personas, el planeta y la prosperidad. A pesar del impresionante compromiso en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el mundo está fuera de pista. Se requieren mucho más esfuerzo, inversión y cambio sistémico. La pandemia de COVID-19, el aumento de los conflictos y la crisis mundial del costo de vida se han agravado, son implacables e inequitativos los efectos del cambio climático, y se socavó el compromiso para no dejar a nadie atrás.”
Por un lado, el Secretario General de la ONU resalta las bondades y oportunidades que la humanidad tiene, de seguir las propuestas que la ciencia, la innovación, los cambios en los patrones de consumo, las fuentes de energía, las cadenas de suministro y el cambio transformativo pueden tener a escala planetaria. Pero por el otro lado, en sus primeras palabras queda implícito que ello no sería suficiente, al necesitarse también una transformación sustantiva en los valores, los corazones y las mentes de los humanos.
Así como la ONU en muy poco tiempo comenzó advirtiendo sobre el cambio climático, luego de su Ronda VI y la presentación de sus Informes 2021, 2022 y 2023 (Síntesis) indicando simbólicamente que pasamos del Infierno Climático a la Ebullición Climática (Gutérres 2023), el incumplimiento de los ODSs impacta a la humanidad y el planeta todo de forma sustantiva, amenazando – más allá de la obligatoria esperanza que los funcionarios de Naciones Unidas están prácticamente obligados a dar – el propio andarivel sostenible de la civilización humana (Pengue 2023).
Frente a esto es claro que a pesar de los esfuerzos y los avances, de la información dada por la ciencia en todos los aspectos vinculados (ODSs, Cambio Climático, Cambio Ambiental Global, Nexos entre Recursos) y la participación cada vez más ampliada de científicos, que trabajan desde las ciencias duras, las ciencias naturales y las ciencias sociales y haciendo esfuerzos por analizar estas cuestiones, con un enfoque holístico y desde la complejidad ambiental, considero que será un aporte sustantivo sumar a estos esfuerzos a la psicología en todos sus enfoques, sea desde lo individual hasta lo colectivo. Algo está muy mal en esta sociedad llamada moderna y avanzada.
En muchas de sus páginas el Reporte 2023 se sustenta en un esfuerzo por mostrar optimismo y hasta esperanza de llegar, hacia dónde ya, desde los primeros datos, se ve que no llega… Las opciones de respuesta y los estudios de caso, consideran aspectos puntuales, difíciles de extrapolar hacia logros globales o seguidos en esta forma y sentido.
La situación en 2023 (cuatro años después del primer reporte), es mucho más preocupante debido a una implementación lenta del cumplimiento de tales objetivos en distintas partes del mundo y la confluencia de crisis que nos llevan a una policrisis.
Para los Objetivos en los que el progreso fue demasiado lento en 2019, son varios los países que no se han acelerado lo suficiente, y para otros, incluidas las metas de seguridad alimentaria, acción climática y protección de la biodiversidad, el mundo sigue avanzando en la dirección equivocada.
Además, las crisis recientes, incluida la pandemia de COVID-19, el aumento del costo de vida, los conflictos armados, las crecientes desigualdades, las crisis económicas, la opresión de la crisis de deuda externa y un añejo sistema financiero, junto a desastres naturales – y digamos, claramente antrópicos – cada vez más intensos y recurrentes, me permiten sugerir que además estamos acelerando los procesos en el camino opuesto a la sustentabilidad. Y por ende, a nuestra supervivencia como especie. Y con daños colaterales: sobre todas las otras especies del planeta.
Los desastres han acabado con años de progreso en algunos Objetivos que incluyen la erradicación de la pobreza extrema. El progreso se ha desacelerado en la consecución de objetivos como el de poner fin a las muertes de niños menores de 5 años, la cobertura y el acceso a las vacunas y a la energía justa.
En el Comentario sobre Global Sustainable Development Report (GSDR) en Nature (Malekpour y otros, 2023), el Grupo de Científicos del Reporte advierte además que estamos aún lejos del cumplimiento de las metas más loables de los ODSs. Al ritmo actual de progreso, el mundo no erradicará la pobreza, no pondrá fin al hambre ni proporcionará educación de calidad para todos para 2030, por nombrar solo algunas de las aspiraciones centrales de los ODS.
En cambio, para finales de esta década, nuestro mundo tendrá 575 millones de personas viviendo en la pobreza extrema, 600 millones de personas pasando hambre y 84 millones de niños y jóvenes sin escolarizar. La humanidad superará la barrera de seguridad de 1,5 °C establecida por el acuerdo climático de París en cuanto al aumento promedio de la temperatura global. Y, al ritmo actual, se necesitarán 300 años para alcanzar la igualdad de género.
Aunque las crisis globales y regionales como la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania han influido sobre los ODSs, el análisis de los científicos del GSDR muestra que la falta de avances es en gran medida resultado directo de la inacción de los gobiernos.
Los recursos financieros insuficientes y las débiles capacidades administrativas obstaculizan el progreso en muchos países. Los hábitos y estilos de vida arraigados promovidos por sofisticadas campañas de marketing dificultan el cambio de comportamientos de las sociedades hacia dietas, transporte y patrones de consumo sostenibles.
Las inversiones existentes en capital, como la infraestructura de combustibles fósiles, han generado resistencia por parte de intereses creados y han hecho que la acción climática sea políticamente sensible.
Existe una lucha de lobbies y acciones que inclusive han sido denunciadas por la ONU como políticas verdes obtusas, que si no se enfocan en el cumplimiento de los objetivos superadores planteados, se convierten en una nueva suerte de greenwashing. En ello la ciencia y tecnología ambiental tiene mucho por hacer, transformar y comprometerse con la interpretación y apoyatura a políticas integrales de transformación, yuxtaponiendo los intereses particulares o parciales a los objetivos globales del desarrollo sostenible.
Más allá de lo que se diga, en términos de documentos, avances y productos, nos muestran que estamos lejos. Los Reportes informan claramente que las metas no se han cumplido y que, miradas globalmente, en los contextos actuales, a pesar de los mensajes esperanzadores no se cumplirán.
Del análisis del Cuadro adjunto, notamos que en lugar de avanzar en el sentido de la sustentabilidad no hemos avanzado, sino retrocedido o peor aún, vamos en sentido contrario y en otros casos, nos hemos quedado clavados en el mismo lugar. En términos de los Objetivos 1 y 2, tanto el Hambre más urgente como la Pobreza extrema nos enfrentan a un escenario de claro deterioro.
En el Reporte de la ONU, los científicos advierten que la ciencia debe desempeñar un papel importante en el avance del desarrollo sostenible proporcionando evidencia para respaldar el surgimiento de innovaciones y desmantelar vías o paradigmas negativos.
El informe insta a las universidades, a los formuladores de políticas y los financiadores de investigación a aumentar el apoyo a la investigación guiada por la Agenda 2030, especialmente en el Sur Global.
Para ser significativa, la ciencia debe ser transparente, inclusiva y transdisciplinaria, producida en diversos contextos por grupos heterogéneos y multidisciplinarios que involucren a todos los actores posibles, incluidos los jóvenes.
A ello debería ampliarse y fortalecer las distintas miradas que las sociedades tienen en su perspectiva del mundo y ampliarse también a no solo comprender, sino asimilar otras formas de producción de conocimiento, como así también no será suficiente el papel de la ciencia, si esta no se fortalece con la construcción de una gobernanza y respuestas a la demanda social que puje por una transformación sostenible, en un futuro que nos incluya a todos, más allá de los discursos.
Bibliografía
Malekpour, S. y otros (2023). What scientists need to do to accelerate progress on the SDGs. Comment. Nature. Disponible en https://www.nature.com/articles/d41586-023-02808-x
ONU (2023). TIMES OF CRISIS, TIMES OF CHANGE: SCIENCE FOR ACCELERATING TRANSFORMATIONS TO SUSTAINABLE DEVELOPMENT. Disponible en: https://reliefweb.int/report/world/global-sustainable-development-report-2023-times-crisis-times-change-science-accelerating-transformations-sustainable-development
ONU (2023). United Nations. The Sustainable Development Goals Report 2023: Special Edition, Towards a Rescue Plan for People and Planet (United Nations, 2023). Disponible en: https://unstats.un.org/sdgs/report/2023/
Pengue, W.A. (2023). Economía Ecológica, Recursos Naturales y Sistemas Alimentarios: ¿Quién se come a quién?. GEPAMA. Colección Economía Ecológica. Orientación Gráfica Editora, Buenos Aires. https://www.researchgate.net/publication/370068450_Economia_Ecologica_Recursos_Naturales_y_Sistemas_Alimentarios_Quien_se_Come_a_Quien
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Walter Pengue es Ingeniero Agrónomo, con formación en Genética Vegetal. Es Máster en Políticas Ambientales y Territoriales de la Universidad de Buenos Aires. Doctor en Agroecología por la Universidad de Córdoba, España. Es Director del Grupo de Ecología del Paisaje y Medio Ambiente de la Universidad de Buenos Aires (GEPAMA). Profesor Titular de Economía Ecológica, Universidad Nacional de General Sarmiento. Es Miembro del Grupo Ejecutivo del TEEB Agriculture and Food de las Naciones Unidas y miembro Científico del Reporte VI del IPCC.
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