Por: Camilo Cortés-Useche, PhD (Colombia).

Desterrados, desfilando en cada noche de negruras y angustias, las pulsaciones de los navegantes se afinaban a algo más que un encuentro de voluntades. Era un rítmico plan para salir a toda velocidad de esos pantanos oscuros en los que habían sido desplazados.

En ese clima hostil, el sudor brotaba por cada poro como un recuerdo puro del trabajo sincero que por varios años habían fundado. Las palmas de las manos estaban bien gastadas, pero el alma permanecía intacta. Maltrechos, entre esos paisajes desechos, vieron la oportunidad de salir derecho. «¡Basta de seguir el protocolo!», grito el bukanero, la nota estaba tomada.

Al amanecer, sin miedo a las tormentas se recompensaría lo bien hecho. Era el momento, después de un fallido intento había por fin un trayecto y buen tiempo. Ese era el día indicado para cambiar, el tiempo pasa pronto y todo tendrá un final.

Precisamente en tiempos de cambio, las acciones son las que marcan la diferencia. Por ejemplo, un tema relevante para la salud de los océanos y las sociedades, tiene que ver con la contaminación causada por el plástico en los ecosistemas marinos,  el aumento exponencial en los últimos años y su panorama prevé que se duplique en el orden de magnitudes de volumen y también problemas para 2030, con consecuencias nefastas para la salud, la economía, la biodiversidad y el clima, según un nuevo informe de la ONU, que a su vez advierte que el reciclaje no es suficiente y denuncia las falsas soluciones que se están dando frente a este problema, incluso a través del PNUMA se califica la actual contaminación del planeta causada por el plástico como una “crisis mundial”.

Ante esa situación también maltrecha, una solución adelantada es el proyecto «Prevención de residuos plásticos en los mares de Centroamérica y el Caribe (Caribe circular)», que busca prevenir la entrada de residuos plásticos al mar y promover el intercambio regional y la cooperación con el sector privado a través de la economía circular de forma productiva y real.

Sus líneas de acción son; 1) modelos de negocio que mejoran el balance de los residuos plásticos gracias a enfoques innovadores y cadenas de valor más sostenibles, 2) procedimientos de prevención de residuos plásticos, 3) promoción del intercambio regional de experiencias y técnicas, y 4) formación humana y campañas de sensibilización para reducir la generación de residuos plásticos, separar correctamente la basura y aprovecharla de manera eficaz.

Este enfoque coincide con los escenarios globales propuestos por organismos internacionales y académicos, donde se urgen múltiples intervenciones sinérgicas en la producción y uso del plástico.

Igual de oscuro que aquel pantano desolado donde los navegantes afinaron su composición, es el panorama de la contaminación en el océano. De nada sirven las voluntades de cambio si no se tocan notas reales, se comparten lecciones y se multiplica el esfuerzo melodiosamente.

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Ca­mi­lo Cor­tés- Use­che es biólogo Marino. Maestro en Manejo de Ecosistemas Marinos y Costeros, con doctorado e investigación postdoctoral en el área de las Ciencias Marinas. Su trabajo en el campo de la gestión y ecología marina en la República Dominicana le valió el reconocimiento del “Premio Dr. Alonso Fernández González 2020” a las Mejores Tesis de Posgrado del CINVESTAV en la Categoría Doctorado. Innovador de la sostenibilidad, científico y distinguido por sus aportes en la conservación de la naturaleza. Durante los últimos años ha liderando coaliciones para un modelo de resiliente al cambio climático basado en la ciencia, con una idea firme del desarrollo social justo.