UdeG Space, una iniciativa estudiantil que impulsa el desarrollo aeroespacial

México. 

El proyecto de cohetería de UdeG Space es una de las cuatro iniciativas de desarrollo aeroespacial impulsadas por estudiantes de la Universidad de Guadalajara en México.

Este equipo multidisciplinar está conformado por más de 40 personas quienes se encargan de desarrollar cohetes experimentales desde cero.

“Nosotros somos el equipo de cohetería y nuestro proyecto más reciente fue nuestra competencia ENMICE, donde desarrollamos un cohete de la categoría de tres kilómetros con un motor experimental de propelente sólido. Y ganamos en ‘Simulado y modelación’ y también de manera general con todos los equipos quedamos en segundo lugar”, explicó Rosaura Delgado, encargada de difusión y encargada del paracaídas.

El diseño general de un cohete experimental involucra a conocedores en diversas áreas de especialidad científica. Quienes integran el área de cohetería de UdeG Space nos explican en qué consisten las partes que conforman la misión ‘Xiuhcóatl‘, su proyecto más reciente. 

“El fuselaje está hecho de varias capas en sí, está hecho de fibra de vidrio con recubrimiento de una fibra náutica que forma a la par una costilla, el cual genera una resistencia más óptima al momento de los esfuerzos residuales del cohete”, Carlos Luna, líder del área de materiales.

El líder de química, Luis Casillas, subrayó:

“El combustible del cohete, en realidad, dentro de la cohetería se le da el nombre de propelente, ya que este se conforma de dos sustancias, tiene un oxidante y un combustible como tal. En este caso utilizamos un propelente sólido.

El combustible puede ser la azúcar debido a su cantidad de carbono y necesitas un oxidante más sencillo y dentro de todo el marco legal y todo disponible es una sal de nitrato de potasio, que es la más óptima para llevar a cabo la combustión. Dicha combustión convierte a gases y esto es lo que genera el flujo de masa. Es lo que genera la energía para elevar el cohete”.

Este motor cuenta con una tobera que fue diseñada dinámicamente para acelerar los gases que están dentro de la cámara de combustión para alcanzar las velocidades.

“Tiene la capacidad de generar un empuje de una fuerza de diez kilonewtons, lo que es equivalente a mover una masa de una tonelada. Y fue diseñada para operar específicamente con la densidad del combustible seleccionado para la competencia de los elementos”, dijo Marco Cárdenas, líder del área de termodinámica y simulaciones.

La importancia de la propulsión en un cohete básicamente es el alma de tal.

“Dentro de esto se hacen diferentes tipos de cálculos, metiendo también la parte estadística en la cual la importancia es llegar hasta una cierta altitud, el llevar lo que nosotros tenemos como carga.

Esta carga involucra también el mismo motor que es el que impulsa todo el cohete. En este sistema de propulsión por estado sólido, lo que hacemos es utilizar un propelente, como en el área de química, que conlleva que siempre está encendido y tiene un empuje.

Suele ser en la industria la parte más económica, por decirlo así, la más viable. Por eso es que le estamos tirando más a este tipo de propulsión”, comentó Carlos Martínez, líder del área de mecánica. 

El sistema de recuperación consiste en los paracaídas y también el sistema de inyección de los paracaídas.

“Los paracaídas son de diferentes modalidades. Nosotros usamos un sistema dual. Esto se inyecta uno en el apogeo y otro a los 700 metros aproximadamente en lo más cercano a su nivel de lanzamiento.

Y el sistema de eyección consiste en tanques de CO2 que están en un sistema que está regulando la presión y a cierto momento la presión de los tanques de CO2 se libera para inyectar los paracaídas”, concluyó Delgado.

Para la creación de este proyecto hay varios patrocinadores: INDALPE, INGUSA, iNBEST, WURTH ELEKTRONIK, la Universidad de Guadalajara y el Politécnico de Guadalajara.

Actualmente están trabajando para la próxima competencia que es el Latin American Space Challenge, y esa competencia se localiza en Brasil.

Por Miriam Jiménez y Mayra Vargas/NCC.