Plumas NCC | Persuasión y democracia en crisis

 

“Al seno de la teoría democrática está la noción de que se cambian las cosas cambiando las mentes, persuadiendo” (The Persuaders, 2022)

Por: Car­los Iván Mo­reno (Mé­xi­co).

La esencia de la democracia liberal es la persuasión. Es la capacidad de dialogar, de convencer; también de ceder. De reconocer que se avanza construyendo sobre terreno común y no desde posiciones dogmáticas.

Una de las razones fundamentales de nuestra crisis democrática es, precisamente, que desde el poder se ha abandonado la idea de persuadir, con argumentos y datos. Ya ni siquiera se hace el intento.

En las antípodas de la persuasión está el autoritarismo. ¿Por qué tratar de convencer si puedo avasallar con las mayorías? ¿Por qué usar la sutileza de los argumentos si puedo usar la fuerza de los votos? O hasta la fuerza bruta.

Son cada vez más comunes los casos. En Hungría, por ejemplo, Viktor Orban ha usado a las mayorías del partido oficialista para permanecer en el poder desde 2010 a la fecha.

En Rusia, el presidente Vladimir Putin, aprovechándose de su control y la ventaja de su partido en el parlamento, convocó en 2021 a un referéndum para que fuera posible tener dos nuevas reelecciones y continuar en el poder hasta 2036.

En el Salvador, el partido del presidente Nayib Bukele utilizó su mayoría para destituir a cinco magistrados de la Corte Suprema de Justicia y al Fiscal General en 2021. En su lugar fueron designados personajes fieles a su proyecto político, desarticulando los esfuerzos por mantener un sistema de pesos y contrapesos democráticos.

En el caso de México, la batalla por el Instituto Nacional Electoral (INE) y el conflicto que el Gobierno de Jalisco mantiene con la Universidad de Guadalajara (UdeG) son claro ejemplo de nuestra crisis democrática, y también del avance autoritario. Desde el poder público se ha renunciado a la política, a la persuasión.

El Gobierno Federal cree que el INE debe desaparecer, lo que cancela cualquier opción para su fortalecimiento. Se ha renunciado a los matices de la buena política, a convencer al “otro” de lo que debe cambiar y argumentar porqué. El Gobierno de la “cuarta transformación”, encabezado por López Obrador, renunció a la idea de gobernar persuadiendo. Gobierna imponiendo y polarizando.

Al interior del país, en Jalisco, el gobierno estatal también ha renunciado al diálogo y a la persuasión, con una postura radical, irresponsable y hasta personal. Lo que menos importa es la mejora universitaria, el verdadero objetivo es el aniquilamiento político de los liderazgos que, legítimamente, dirigen y dan gobernabilidad a la segunda universidad pública más importante del país.

¿Hay cosas que pueden mejorar en la Universidad? Sin duda, como en cualquier universidad del mundo. Pero esos matices nunca han sido parte de la agenda del gobernador. Sus objetivos son otros, personalísimos.   

La discusión sobre el presupuesto de la UdeG dejó claro que el gobierno alfarista no tiene la más mínima intención de construir acuerdos desde las diferencias. Renunciaron a los argumentos y a las ideas, prefieren atacar, boicotear. Imponen porque pueden.

El resultado no puede ser más irracional: el Gobierno del Estado deteriora su imagen, local y nacional, la UdeG verá deteriorada su infraestructura, equipamiento y la oportunidad de mejorar las condiciones laborales de todas y todos los trabajadores universitarios, mientras las y los jóvenes de Jalisco perderán oportunidades educativas. El fracaso de la política, ni mas ni menos.

Renunciar a la persuasión nos deja a expensas del autoritarismo y la barbarie.

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Car­los Iván Mo­reno es Es Li­cen­cia­do en Fi­nan­zas por la Uni­ver­si­dad de Gua­da­la­ja­ra (UdeG), Maes­tro en Ad­mi­nis­tra­ción Pú­bli­ca por la Uni­ver­si­dad de Nue­vo Mé­xi­co y Doc­tor en Po­lí­ti­cas Pú­bli­cas por la Uni­ver­si­dad de Illi­nois-Chi­ca­go. Reali­zó es­tan­cias doc­to­ra­les en la Uni­ver­si­dad de Chi­ca­go (Ha­rris School of Pu­blic Po­licy) y en la North­wes­tern Uni­ver­sity (Ke­llog School of Ma­na­ge­ment). Ac­tual­men­te se desem­pe­ña como Coor­di­na­dor Ge­ne­ral Aca­dé­mi­co y de In­no­va­ción de la Uni­ver­si­dad de Gua­da­la­ja­ra.