México.

¿Qué es cultura? ¿Cómo puede ser útil para la humanidad? Expertos de cuatro países lo analizan de cara a la Conferencia Mundial de la UNESCO MondiaCult, a celebrarse en México desde el 28 hasta el 30 de septiembre.

Hace 40 años, la primera emisión de la Conferencia Mundial de la UNESCO sobre Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible, MondiaCult, revolucionó el campo de los derechos humanos. En aquel encuentro, los máximos representantes de la cultura de casi todo el orbe reconocieron la pluralidad, la identidad y la diversidad culturales, incluidas las de las minorías.

Relevancia histórica  de esta  Conferencia Mundial

Realizada en Ciudad de México, la conferencia de 1982 «situó a la política cultural en las agendas de políticas públicas del mundo, pero principalmente de América Latina y otros países que habían salido de procesos de colonización.

Les dio carácter público porque en la primera mitad del siglo XX hubo usos de la cultura para fines fascistas y autoritarios, así que fue una herramienta de democratización”, plantea Alfons Martinell, experto español en Políticas Culturales y Desarrollo Sostenible.

La declaración final reconoció los derechos culturales. «Amplió el concepto de cultura más allá de las artes y las letras porque tuvo en cuenta modos de vida, sistemas de valor, tradiciones y creencias”, lejos de la visión predominante noroccidental, añade George Yúdice, profesor de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Miami. «Nació la idea de la cultura como derecho humano, se enfatizó el derecho a la diversidad”.

Nuevos retos en esta nueva edición

En el presente, el planeta enfrenta nuevos desafíos y esta nueva edición de Mondiacult, que reunirá a 193 Ministros de Cultura, convocados por la UNESCO, buscará un consenso «de utilidad para nuestros pueblos. Que estas políticas culturales sean coherentes con el mundo de ahora y poder pensar a futuro qué es lo que más necesita nuestra humanidad”, ha dicho Alejandra Frausto, Secretaria de Cultura del Gobierno de México, el país anfitrión.

La meta será hacer de la cultura una herramienta de las políticas públicas para las próximas décadas con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, entre ellos el acceso a la salud y la educación, la protección de la vida marina y la naturaleza o erradicar el hambre y la pobreza.

También estarán vigentes la defensa del patrimonio, la economía de la cultura y la construcción de la paz, junto con el tráfico ilícito de bienes culturales, la participación social y de la iniciativa privada.

Nuevas políticas para nuevas problemáticas

Los especialistas coinciden en que, si bien hay temas de atención previstos en la conferencia, como la reducción de la brecha digital, la contribución de la cultura para mitigar problemas globales -como el cambio climático- y el reforzamiento de los derechos culturales, existen otros retos para MondiaCult 2022, que será inaugurada por la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, y el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.

«Se habla de la cultura como eje transversal para el cumplimiento de los ODS, sin prestar demasiada atención a que, quienes están resolviendo la sostenibilidad en el mundo, lo van logrando desde agendas locales que no necesariamente encajan en los planes desarrollistas neoliberales”, opina la gestora cultural Johanna Ángel Reyes, investigadora de la Universidad Iberoamericana, en México.

A esto se suma la mexicana María Minera, crítica de arte y gestora cultural independiente, cuando dice que «la cultura comunitaria se hace desde las oficinas y no desde las propias comunidades”. Se dictan «políticas públicas centralizadas, alejadas de su realidad, sin escucharlas ni conocerlas”.

La violencia cómo tema central

Por su parte, Jorge Melguizo, exsecretario de Cultura Ciudadana y exsecretario de Desarrollo Social de la Alcaldía de Medellín, Colombia, considera que, para generar cambios profundos en países con altos índices de violencia, se debe abordar su impacto en la cohesión social y su relación con la cultura.

«En América Latina las violencias están presentes en la vida de la mayoría de sus habitantes y, por tanto, el norte de todas las políticas públicas y las acciones ciudadanas debe ser la convivencia”, afirma el consultor en cultura y gestión pública, quien ha enviado estas recomendaciones a los organizadores del MondiaCult. «Necesitamos construir formas no violentas de resolución de los conflictos, aprender a construir sociedades a partir de las diferencias”.

El narcotráfico, que es «el quinto poder”, incide en la ingobernabilidad de territorios de países como México o Colombia, al tiempo que permea el campo de la cultura local, de acuerdo con George Yúdice, investigador de industrias culturales y creativas y autor de libros como ‘Culturas emergentes en el mundo hispano de Estados Unidos’.

Por este motivo, urge plantear «cómo combatirlo fuera de la lucha armada, penetrando en las comunidades productoras de drogas, entendiendo su modo de vida y manifestaciones culturales que se asocian con la vida pandillera o el narcotráfico”.

Dados los tiempos actuales, un punto importante para esta reunión global es prevenir «el retroceso de la cultura hacia nacionalismos y populismos que la reducen a un elemento casi arrojadizo contra el otro. La cultura debe ser una herramienta de concordia planetaria”, afirma Martinell, colaborador de la Red Española para el Desarrollo Sostenible y Director honorífico de la Cátedra Unesco Políticas Culturales y Cooperación.

Presupuestos justos

En 2022, el gobierno de Chile designó un presupuesto cultural de 228 mil millones de pesos chilenos (unos 234 millones 840 mil dólares americanos), el segundo más alto de su historia. España asignó 1 589 millones de euros (más de 1 539 millones de dólares) a cultura y deporte, 39 por ciento más que en 2021, en tanto Alemania incrementó 7 por ciento su partida para cultura y medios, destinando 2 290 millones de euros (2 219 millones de dólares).

Para otros, el gasto destinado a cultura sigue siendo una deuda. Colombia, México o Argentina son ejemplo de quienes incumplen la recomendación de UNESCO de aportar al sector el 1 por ciento del Producto Interno Bruto nacional.

«Diversos países latinoamericanos están lejos de eso, con apenas el 0,22 o 0,23 por ciento, porque no se considera que la cultura sea central, excepto a nivel discursivo”, expresa María Minera. «En México, el presupuesto de las fuerzas armadas creció un 400 por ciento en las dos últimas décadas, mientras que el de cultura disminuyó en un 40 por ciento en los últimos años”.

Justicia socioeconómica

A decir de los entrevistados, otros puntos débiles son políticas fiscales para incentivar la inversión privada a la cultura, leyes de mecenazgo, la financiación del sector más allá del Estado y la justicia socioeconómica, étnica y cultural.De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, para finales de 2022, unos 860 millones de personas podrían vivir en situación de pobreza extrema.

Jorge Melguizo, con una larga experiencia en proyectos de transformación social en Medellín, señala que, para lograr sociedades más equitativas, más justas poblacional y territorialmente, «es imperativo avanzar con nuevas economías: colaborativas, asociativas, solidarias o comunes. América Latina tiene una desigualdad que revienta cualquiera opción de desarrollo”, uno de los principales objetivos de MondiaCult.

El estudio ‘Evaluación del impacto del COVID-19 en las industrias culturales y creativas. Una iniciativa conjunta de MERCOSUR, UNESCO, BID, SEGIB y OEI’ expuso en 2021 que el sector fue uno de los más golpeados por la llegada del virus, afectando a 2.6 millones de puestos de trabajo en la región.

Por ello, afirma Johanna Ángel, Doctora en Cultura y Educación en América Latina por la Universidad ARCIS de Chile, urge fortalecer las condiciones laborales y de equidad del gremio, ya precarizado desde antes de la pandemia. «Es un desafío global pensar en las y los trabajadores de la cultura como sector deprimido, incluso explotado por la ausencia de políticas que garanticen su bienestar a corto, mediano y largo plazo”.