Por: Vanessa Valerio-Hernández, Alina Aguilar Arguedas (Costa Rica).

El estudio del Programa Estado de la Nación sobre desastres en Centroamérica, año 2022, destaca que Centroamérica es señalada como una de las regiones más vulnerables del mundo a sufrir los impactos del cambio climático, lo que agudiza los altos niveles de riesgo a desastres que ha tenido históricamente, sumándose a esto aspectos sociales, económicos y ambientales que incrementan la vulnerabilidad de la región.

Se destaca también, que la mayor parte de los desastres registrados son extensivos, es decir, no se trata de grandes eventos sino más bien de escala pequeña y mediana. No obstante, son muy frecuentes y por ello generan constante e importante afectación sobre la población, los medios de vida y la infraestructura. Lo que hace reflexionar, sobre la importancia y urgencia de trabajar en la gestión de los riesgos y la mitigación del cambio climático desde el nivel local, dónde ocurren los eventos y se coordina su atención.

Desde el proyecto de extensión de la Universidad Nacional de Costa Rica, denominado “Estrategia participativa para la acción climática local con énfasis en adaptación y resiliencia de los territorios: estudios de caso: cantones de Pérez Zeledón, Osa y Quepos”, se viene trabajando en cada cantón de forma particular, considerando el contexto y las dinámicas de cada territorio.

Específicamente, en el caso del cantón de Pérez Zeledón, en el que se centra el escrito, parte de la elaboración de un perfil climático del territorio, en donde una de las etapas del proceso fue la construcción de los mapas de riesgo climático a nivel distrital, desde un enfoque de gestión de riesgos y de vulnerabilidad climática. Se decide trabajar a esa escala, por ser un territorio muy extenso con 1.906 Km2, dividido en 12 distritos y con dinámicas muy diversas.

Para elaborar los mapas, primero, se partió en reconocer los riesgos del territorio por parte de las comunidades, para posteriormente identificar medidas que fortalezcan las capacidades locales, aumentado así la capacidad de adaptación, fortalecer la resiliencia y reducir la vulnerabilidad al cambio climático en los territorios. Los mapas se elaboran a través de la técnica de cartografía social, donde se construyen desde la percepción de las comunidades y se identifican riesgos naturales, climáticos actuales, potenciales y antropogénicos, llegando a cruzarse posteriormente con información técnica.

Como parte de los resultados, se identificó que los principales riesgos climáticos del cantón están asociados con los eventos hidrometeorológicos: inundaciones, deslizamientos, avenidas en las partes altas de algunos distritos. Por otra parte, el riesgo de erosión se presenta en la mayoría del territorio, siendo un riesgo que puede ser incrementado por los fenómenos meteorológicos, no obstante, a esto se suma la degradación del suelo por actividades humanas.

También, se identificó el fenómeno de vientos intensos (que antes no se consideraba como una amenaza); sequía y olas de calor, destacándose en distritos como la Amistad, Platanares, Pejibaye, lo cual genera afectaciones en los sistemas productivos, la infraestructura, servicios públicos y calidad de vida de los habitantes.

Esta situación, confirma por un lado, la necesidad de incorporar los criterios climáticos en la planificación territorial, donde se integre los enfoques de gestión de riesgos y cambio climático. Por otro lado, la necesidad de trabajar en acción climática impulsando  proyectos como corredores biológicos, iniciativas de reforestación en áreas de protección de ríos, entre otras, que contribuyan a amortiguar el incremento de la temperatura, atender la erosión, deslizamientos. No cabe duda que solo con la acción colectiva y la articulación multiactoral, se puede lograr territorios más resilientes. 

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Vanessa es investigadora en la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional de Costa Rica. Especialista en Gobernanza Climática y Desarrollo Local desde 2009. Coordinó el proyecto de investigación-extensión de la Universidad Nacional “Estrategias participativas de cambio climático a nivel local”. En 2018, impulsó la iniciativa nacional “Red Costarricense de Gobierno Locales ante el cambio climático”. Es miembro de la Comisión Nacional de Pacto Global de Alcaldes por el Clima y la Energía.

Alina es Licenciada en Ingeniería en Gestión Ambiental. Desde 2012, ha trabajado como investigadora y extensionista en temas de gobernanza climática y políticas públicas, en el marco del proyecto “Estrategias participativas de cambio climático a nivel local” de la Universidad Nacional de Costa Rica. Ha trabajado como voluntaria, maestra, consultora y asesora en temas de cambio climático, educación ambiental, gestión de residuos, en la Carta de la Tierra, entre otros. Forma parte de la ONG Ruta del Clima.