Por: Durruty de Alba (México).

En la planta alta del Castillo, Anguiano acondicionó la dirección del observatorio, un espacio para biblioteca, la sala de trabajo y el departamento magnético, del segundo astrónomo, del meteorologista y para los huéspedes científicos.

Marco Arturo Moreno Corral en Lajas celestes astronomía e historia en Chapultepec, MNH-Castillo de Chapultepec, UNAM, México (2003), p. 207

El pasado 5 de mayo, además de la celebración correspondiente a los 160 años de la batalla de Puebla, el Observatorio Astronómico Nacional cumplió 144 años de su inauguración en su ubicación original en el Castillo de Chapultepec de la ciudad de México y ello de alguna forma fue posible gracias a la exitosa expedición a Japón de la Comisión Mexicana dirigida por el ingeniero Francisco Díaz Covarrubias (1833-1889) para observar y registrar el tránsito de Venus de diciembre de 1874.

Ello nos motiva para realizar un recuento de algunos de los observatorios o lugares especialmente construidos en el territorio de lo que ahora es México para observar los objetos celestes.

Las culturas mesoamericanas nos han dejado evidencias de su interés y esfuerzos por seguir los fenómenos acontecidos en el cielo y registrar y predecir los movimientos de los astros, por su fisonomía es clara la funcionalidad del conjunto denominado El Caracol en el sitio arqueológico de Chichen Itzá en el actual estado de Yucatán, de tal suerte que el perfil del mismo forma parte con el de un observatorio moderno del logo con el cual se identifica la Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica.

En el estado de Jalisco existen en el Cerro de las Águilas, cercano a la población de Cuautla, unos monolitos naturales que fueron trabajados por antiguos pobladores en una de las tres grandes piedras que asemejan a los menhires europeos fue practicada una lasca, que al observarse desde unas rocas acomodadas por los antiguos pobladores forma con el perfil de la montaña ubicada al fondo una especie de mirilla por la cual pasa el Sol durante los equinoccios, comparte entonces funcionalidad con los monolitos de Stonehenge en Inglaterra y el sitio arqueoastronómico construido principalmente con troncos cercano a la población de Goseck en Alemania, en cuyas proximidades se descubrió el enigmático disco de Nebra.

Foto: Mario Ramírez Vega, CUCSur

Desafortunadamente, se encuentra en un terreno privado con acceso al público, a decir del recordado doctor Otto Schöndube Baumbach el contexto arqueológico se ha roto, por lo que desde esa perspectiva ya no es posible estudiar el sitio, configurándose así una pérdida al conocimiento de nuestro patrimonio astronómico.

En el siglo XIX el conocimiento astronómico fue materia de seguridad nacional e imprescindible para el conocimiento de nuestra geografía, de tal suerte que a partir del éxito del la Comisión Mexicana presidida por el ingeniero Díaz Covarrubias y cuyas memorias fueron redactadas por el también ingeniero geógrafo Francisco Bulnes, y a instancias del ministro de Fomento Vicente Riva Palacio (1832-1896) se establecen no sólo el Observatorio astronómico Nacional en Chapultepec, también el Observatorio Astronómico Central en la azotea del Palacio Nacional.

Observatorio Mazatlán

En los estados se fundaron el Observatorio Astronómico-Meteorológico de Mazatlán (1879), el Observatorio Astronómico de Zacatecas (1882) al que se sumaría en 1906 el Observatorio Meteorológico y el 2 de abril de 1889 se inauguró en Guadalajara, Jalisco el Observatorio Astronómico y Meteorológico del Estado y el 7 de marzo de 1904 fue dedicado el Observatorio Astronómico del Seminario del señor San José de Guadalajara en la azotea del edificio diseñado por el ingeniero Antonio Arróniz inaugurado el año previo para el establecimiento diocesano.

Al transcurrir el tiempo los observatorios de la ciudad de México se fusionarían integrando así el Observatorio Astronómico Nacional, que al regreso del Heroico Colegio Militar al Castillo de Chapultepec emigraría a lo que había sido la casa de descanso del Arzobispo de México en el cercano poblado de Tacubaya y al efecto se hicieron las adecuaciones para albergar los nuevos instrumentos astronómicos recién adquiridos además de los que vistieron de gloria a la astronomía nacional en la odisea japonesa.

Observatorio Astronómico Nacional en Tacubaya

De todos los mencionados el único aún en funciones en sus instalaciones casi originales, pues su primer emplazamiento fue el antiguo colegio jesuita de San Juan donde en ese momento funcionaba la Escuela de Ingenieros de Guadalajara, es el actual Instituto de Astronomía y Meteorología, integrado como Observatorio del Estado en 1925 a la recién inaugurada Universidad de Guadalajara, si bien se conserva el edificio del de Mazatlán, hace tiempo fue adquirido por el cantante Luis Miguel aunque parece que este año funcionará como restaurante y centro cultural.

Observatorio del Seminario del señor San José (Foto: Fondo “Severo Díaz Galindo”, IAM-UdeG)

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Du­rruty de Alba es licenciado en Física adscrito al Instituto de Astronomía y Meteorología (IAM) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), dedicado a la divulgación e historia de la ciencia. Desde 1990 escribe sobre dichos temas en distintos medios de comunicación de Jalisco, México. Es miembro de la Sociedad Mexicana de Física, la Sociedad Mexicana de Historia de la Ciencia y la Tecnología, del Departamento de Estudios Históricos de la Arquidiócesis de Guadalajara y de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia.