Norwich, Inglaterra.

Las políticas de los gobiernos para frenar la propagación del coronavirus han tenido un gran impacto en la demanda energética mundial. Con gran parte de la población confinada en sus hogares y las fronteras internacionales cerradas, el transporte y el consumo han caído en picado.

En este contexto, un equipo internacional de científicos ha revisado los datos disponibles sobre la actividad, gasto energético y medidas frente a la pandemia de diversos países para estimar su efecto en la cantidad de dióxido de carbono que emitimos a la atmósfera.

Los resultados, publicados en la revista Nature Climate Change, muestran que las emisiones mundiales diarias de CO2 se redujeron un 17 % a principios de abril de 2020 en comparación con los niveles medios del año pasado; un descenso sin precedentes que deja valores parecidos a los de 2006.

La disminución

“Esto supone 17 millones de toneladas de CO2 menos por día en ese pico de decrecimiento”, la autora principal, Corinne Le Quéré, investigadora de la Universidad de Anglia Oriental (Reino Unido). Casualmente, la caída porcentual coincide con la reducción de emisiones de este gas en toneladas; ya que su valor antes de la pandemia rondaba los 100 millones diarios.

“En su punto máximo, estas emisiones disminuyeron un 26 % de promedio entre los 69 países que hemos analizado, aunque en el caso de España, por ejemplo, bajaron un 32 %, al igual que ocurrió en EE UU y Reino Unido”, apunta Le Quéré.

Para realizar el estudio, los autores analizaron como se han visto afectados seis sectores económicos (energía, industria, residencial, edificios públicos, transporte de superficie y aviación) bajo diferentes escenarios de confinamiento.

Así han estimado que las emisiones del transporte de superficie (tierra y mar) y la aviación cayeron un 36 % y 60 % respectivamente. En conjunto, el sector energético, la industria y el transporte de superficie representaron el 86 % de la disminución total.

Influencia del tiempo de confinamiento

El impacto de la caída en las emisiones globales para 2020 va a depender de lo que dure el confinamiento. Si a mediados de junio vuelven los niveles de actividad previos a la crisis podría haber una disminución media del 4 % a finales de 2020, pero si se mantienen algunas restricciones hasta que acabe el año, las emisiones totales pueden disminuir un 7 % de media.

“Es poco probable que duren los cambios que estamos viendo ahora, porque no son estructurales”, advierte  Le Quéré, “sin embargo, las acciones que realicen ahora los gobiernos pueden marcar una gran diferencia sobre la dirección que tomen las emisiones en las próximas décadas: deberían pensar bien dónde invertir para activar las acciones que nos lleven a cero emisiones”.

“Esto significa –concluye la investigadora–, apoyar el ciclismo y caminar, transformar la industria del automóvil para que sea totalmente eléctrica, renovar los hogares para hacerlos energéticamente eficientes y bajos en carbono, implementar las energías renovables y asegurarse de que toda tu industria funcione con ellas. Estas inversiones permiten generar empleo y que la sociedad sea más resistente a los riesgos climáticos”.

Por: SiNC