Por: Washington Castilhos
Rio de Janeiro
En América Latina, la educación podría ser clave para prevenir el envejecimiento cerebral pues, las disparidades sociales son los principales factores de riesgo para el deterioro cognitivo, no la edad avanzada, como sí ocurre en Estados Unidos y Europa. Así lo indica un estudio publicado en la revista The Lancet, que evaluó una serie de factores sociales que impactan en la salud cerebral.
Específicamente en Brasil –foco del estudio–, la educación (o la falta de ella) es lo que más impacta en la salud cerebral de las personas mayores de 60 años.
El neurólogo Wyllians Vendramini Borelli, profesor del Departamento de Ciencias Morfológicas de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul, y uno de los autores de la investigación, explica a SciDev.Net que una persona con mayor educación tiene varias formas de encontrar información en el cerebro.
“Si solo tengo un camino, éste se puede interrumpir y pierdo esa información. Pero si tengo atajos, puedo encontrarlos”, afirma.
Dice que la educación hasta los 20 años alimenta una especie de “ahorro”, que se almacenará en el cerebro para ser utilizado en el futuro. Esto es lo que los científicos llaman “reserva cognitiva”, que comienza a construirse a partir de los dos años.
Así, cuanto mayor sea la reserva, mayor será la “ganancia” cerebral. “Todos tenemos un poquito de ‘ahorro’ ahí, pero lo ideal es acumular el máximo de recursos neuronales posibles a lo largo de la vida”, puntualiza.
En Brasil, según datos del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, hay unos diez millones de jóvenes, entre 15 y 29 años que no han completado su educación básica y, en general, hace falta mayor inversión en el sector educación.
Estos años sin estudios pueden acabar faltando en la reserva cognitiva de estos individuos. Sin embargo, el investigador aclara que no sólo la educación formal (en escuelas y universidades) es capaz de estimular al cerebro.
“En general, cualquier estímulo cognitivo puede proteger, como el hábito de la lectura y la actividad física. Cuanto mayor sea el esfuerzo cognitivo, mejor para el cerebro”, recalca.
Para obtener sus resultados los científicos utilizaron datos de un estudio epidemiológico realizado por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) entre 2015 y 2016 sobre la salud de los ancianos brasileños.
Esa muestra estuvo compuesta por 9.412 individuos, número representativo de toda la población. Luego compararon los resultados con los de otros estudios poblacionales realizados en Chile, Colombia, Ecuador y Uruguay, totalizando 41.092 individuos.
Estudios recientes realizados en esos países han demostrado que diferentes factores relacionados con las disparidades sociales y de salud superan a los factores demográficos clásicos –como la edad y el sexo– a la hora de determinar el envejecimiento cerebral saludable.
Otros países de AL
En Chile, el aislamiento social se identifica como el principal factor de riesgo. En Uruguay, el sexo y la salud mental del individuo; en Ecuador, las cataratas de los ojos; y en Colombia, la salud mental. En Brasil, antes de este estudio no existían datos.
El estudio encontró que, además de la educación, los factores sociales incluyen el aislamiento social y el estatus socioeconómico. Los factores relacionados con la salud incluyen diabetes, presión arterial alta, enfermedades cardíacas, cataratas, inactividad física, consumo de alcohol, tabaquismo y síntomas de salud mental (como depresión y ansiedad).
Otros factores influyentes
Aunque la escolaridad (cuántos años estudió una persona a lo largo de su vida) ha demostrado ser el elemento más determinante en el proceso de envejecimiento cerebral de la población brasileña, el estudio señala que un conjunto de factores relacionados con la salud individual –como diabetes, hipertensión, sedentarismo/inactividad física y colesterol– también impulsan el declive cognitivo y funcional de su población.
La salud cognitiva y la funcionalidad se refieren al grado de independencia del individuo. La funcionalidad es un factor en la demencia, una enfermedad crónica progresiva que afecta funciones cerebrales importantes como la memoria, el razonamiento y el lenguaje. Aunque se puede tratar, no tiene cura.
Las personas con la enfermedad tienen dificultad para recordar acontecimientos o palabras recientes, confusión mental y pérdida de autonomía en su vida diaria. El Alzheimer es un tipo de demencia y representa entre el 50 y 70 por ciento de los casos de esta enfermedad.
Brasil tiene una de las mayores incidencias de demencia en América Latina. Una de cada tres personas mayores de 80 años padece la enfermedad y el 80 por ciento de ellas no está diagnosticada.
“En otras palabras, de cada 10 personas mayores con demencia, sólo dos lo saben. En otros países del mundo la tasa de subdiagnóstico es del 75 por ciento”, afirma Borelli.
La neuropsicóloga Maíra Okada de Oliveira, investigadora del Grupo de Neurología Cognitiva y Conductual de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo, que no participó del estudio, afirma que el hallazgo de que los factores modificables superan a los factores demográficos clásicos, como la edad y el sexo, “refuerza la relevancia de las intervenciones destinadas a reducir las desigualdades sociales”.
Para Pamela Lukasewicz, investigadora del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.), quien tampoco participó en la investigación, el trabajo es relevante porque aporta datos más específicos sobre los países de América Latina, donde hay menos estudios relacionados con la demencia.
“Gran parte de lo que sabemos sobre estos factores de riesgo proviene de los países desarrollados, que tienen un mayor nivel de educación. Así que la educación no es un factor importante para ellos”, dice.
Wyillians Borelli refuerza que estos datos son importantes para incentivar políticas públicas e inversiones sociales en la educación brasileña.
- Educación: clave para prevenir envejecimiento cerebral - marzo 5, 2025
- Más becas en un clima incierto para hacer ciencia en Argentina - febrero 19, 2025
- Faltan policías capacitados en el tráfico de vida silvestre - febrero 18, 2025