Madrid, España. Hace 29.000 años un grupo de humanos cazaron un mamut y trasladaron, al menos, una de sus enormes patas al interior de su cueva, en lo que hoy es el yacimiento de Isturitz (Francia), una práctica que, hasta ahora, no estaba documentada en el sur de Europa. Un equipo de arqueólogos de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) decidió recoger el guante del misterio y acaba de terminar una campaña de excavación en esa conocida cueva...