Las cotorras y los loros son conversadores excepcionales. Pueden aprender un repertorio casi ilimitado a lo largo de toda su vida, al mismo tiempo poseen una huella vocal y emiten llamadas para que los miembros de su bandada los reconozcan individualmente. Este hecho plantea la cuestión de cómo es posible que sus llamadas puedan ser tan variables (cambio de tono, timbre o volumen) y al mismo tiempo identificables de forma única. Un...