Millones de personas dependen en todo el mundo de las regiones costeras y de sus servicios ecosistémicos para alimentarse e incluso protegerse de las tormentas. Sin embargo, la alta presión humana ejercida sobre estas zonas, además de los efectos del cambio climático, provoca una degradación que va en aumento. De hecho, solo el 15,5 % de las costas –localizadas en Canadá, Rusia, Groenlandia, Chile, Australia, EE UU, Svalbard, Indonesia,...