El calor, tal y como lo conocemos, se origina cuando los átomos vibran, y se transfiere por difusión, a temperatura ambiente. Por desgracia, el calor es bastante difícil de controlar, y las estrategias para manipularlo resultan bastante ineficaces. Por ejemplo, es común que se acumulen grandes cantidades de calor residual en nuestros ordenadores, teléfonos móviles y, en general, en la mayoría de los dispositivos electrónicos. Sin...