EE.UU Científicos que pasaron años rociando oxitocina en la nariz de los leones descubrieron que los grandes felinos se volvieron mucho más amigables con sus vecinos y menos propensos a rugir a los extraños cuando se les administró la llamada «hormona del amor». Los resultados, publicados en la revista iScience este miércoles, podrían significar un importante aporte para los esfuerzos de conservación, ya que la expansión urbana obliga cada vez...