Marsella, Francia. Un alga japonesa, que desprende un olor nauseabundo al pudrirse y un gas potencialmente mortal, ha colonizado un tramo de la costa mediterránea cerca de Marsella, que alberga una de las atracciones naturales más populares de Francia. El alga verde, rugulopteryx okamurae, supone un riesgo para la salud porque, una vez que llega a las rocas y las playas, comienza a descomponerse y a emitir sulfuro de hidrógeno, un gas pútrido...