Chalon-sur-Saône, Francia. Hojas de caoba, flores de margarita y pan de especias con harina de bellota, entre otros manjares, se encuentran en el bosque comestible de Bresse, en el este de Francia, que ofrece todo lo que el ser humano necesita para alimentarse respetando al planeta. «¿Qué se come aquí? Todo lo que te rodea», dice Fabrice Desjours mientras pasa la mano por un frondoso caos vegetal formado por marañas de lianas, plantas y...