Chile.
En este laboratorio chileno, la orina es un bien muy preciado. El líquido es esencial para rescatar un mineral escaso y clave para crear fertilizantes. Se trata del fósforo.
La producción mundial de fósforo se concentra en unos pocos países, entre ellos Marruecos, China, Estados Unidos y Rusia. Pero las reservas mundiales disminuyen y la guerra en Ucrania disparó el valor de los fertilizantes y sus componentes.
En ese contexto, estos científicos trabajan en una alternativa sencilla para extraer el fósforo de la orina. “Porque al final lo que pasa es que el fertilizante se utiliza para el cultivo. El cultivo nosotros lo comemos y parte muy pequeña de ese fósforo es absorbido y el resto termina en la orina humana. Y posteriormente se pierde por las aguas residuales. Entonces lo que nosotros buscamos es intentar cortar este sistema lineal y transformarlo en un proceso circular. Es decir, el fósforo en vez de que se vaya por las aguas residuales, recuperarlo de forma de un producto que sea comercial y que tenga propiedades para ser utilizado como fertilizante”, relató Dafne Crutchik.
La orina ya se usa como fertilizante en países como Estados Unidos, Francia, Nepal o Ucrania e, inclusive, los astronautas de la Estación Espacial Internacional lo reciclan para cultivar tomates. Pero no es fácil encontrar donantes voluntarios, por eso apelan al aporte de los cinco miembros del equipo de investigación a familiares y amigos.
“Cuando comenzamos este proyecto este fue yo creo que uno de los principales desafíos, convencer a la gente que nos donara su orina porque queríamos hacer este estudio, porque la gente piensa que el agua residual, la orina son cosas deshecho que nos sirven y eso está totalmente equivocado porque para el caso la orina es una fuente importante de recursos, la misma agua, los nutrientes. Cuando uno empieza a saber más del tema o investigar y se entera como las cosas que están pasando, para qué sirve el proyecto, obvio que a uno le dan más ganas de aportar”, dijo Crutchik.
Para crear el fertilizante, el experimento chileno mezcla la orina con agua de mar, que aporta el magnesio necesario. Después de unos días de reposo, se crean pequeños cristales, listos para ser usados como fertilizante.
La técnica es prometedora, considerando que un humano orina un litro y medio por día en promedio, y que unos 500 gramos de cristales podrían fertilizar una tonelada de tierra. Pero la masificación de esta técnica por ahora choca con la legislación local, porque en Chile, la orina no aparece en el estado de los cerca de 700 fertilizantes autorizados, por ello aún no se puede utilizar.
- El Programa de Alimentos destina 592 millones de dólares para paliar el hambre en Colombia - noviembre 22, 2024
- Tailandia instala cabinas para recibir consultas médicas de manera telemática - noviembre 22, 2024
- El juego entre chimpancés adultos sirve para mejorar la cooperación y rebajar la tensión - noviembre 21, 2024