Viena conmemora el bicentenario del nacimiento de Johann Strauss II

Austria.

Las embriagadoras melodías de Johann Strauss II permanecen presentes en Austria que celebra este año el Bicentenario del Nacimiento del Rey del Vals. Conciertos, exposiciones o insólitos homenajes son parte de los numerosos eventos para ensalzar la figura del músico nacido el 25 de octubre de 1825.

Sus composiciones alegres y pegadizas no sólo evocan un ambiente festivo y despreocupado, sino que fueron pensadas para subir la moral de la entonces sobrepoblada Viena, capital de un imperio multiétnico y autoritario en decadencia.

“Para mí esa popularidad proviene de la música porque él simplemente ha creado música que toca a todos, que todas las personas se entienden, no importa de qué cultura vienes: comprendes esta música. Eso significa que entiendes, se mete en tu cabeza, sabes que te sientes bien y no creo que nadie haya llorado alguna vez con la música de Strauss”, expresó Eduard Strauss, sobrino bisnieto de Johann Strauss.

Su madre Ana se encargó de dirigir la carrera de Johann que a sus 18 años debutó convirtiéndose de la noche a la mañana en rival directo de su padre, un compositor que se negaba a que sus tres hijos siguieran sus pasos y que abandonó su familia por otra mujer.

Su prolífica producción da cuenta de más de 500 falses, polcas, cuadrillas y operetas que respondían perfectamente a los gustos de la época. También fue un talentoso director de orquesta que deleitaba a todos con su fuerte presencia escénica.

“No solo era famoso por su música, sino también por la forma en que la presentaba. Era conocido como un violinista de pie, lo que significa que él mismo tocaba el violín. Y luego dirigía la orquesta con el arco, luego tocaba de nuevo y saltaba frenéticamente, lo que le daba un carácter fuerte y una buena apariencia”, comentó Clara Kaufmann, guía del Museo de Johann Strauss.

Muerto de una neumonía con 73 años a las puertas del siglo XX, Strauss se sitúa con Mozart y Sissi la emperatriz como emblemas culturales de Austria, una población que sigue deleitándose con “El Danubio azul”: el himno oficioso del país alpino.