Johannesburgo, Sudáfrica

El equipo español «Antártida Inexplorada 2018-2019», que usa un pionero trineo de viento, regresa después de su expedición con datos para una decena de proyectos, que van desde ejercicios de geolocalización del sistema Galileo de la Agencia Europea del Espacio (ESA), hasta pruebas con sensores creados para una misión de la NASA a Marte en 2020.

Este sistema es el primero en la historia capaz de desplazarse por la Antártida sin contaminar, además de ofrecer costes muy inferiores a los de las misiones científicas tradicionales. De un proyecto así podrían beneficiarse universidades e instituciones de todo el mundo que necesiten recolectar datos científicos.

Este vehículo pionero utiliza para impulsarse varios juegos de cometas, de hasta 150 metros cuadrados de superficie y capaces de alcanzar los 200 metros de altura de manera que, puede aprovechar los vientos en función de su intensidad y dirección.

«Estar en el interior de la Antártida es lo más parecido que hay a hacer un viaje a otro planeta, lo más parecido a ir a la Luna. Estábamos completamente aislados, en unas condiciones absolutamente extremas. Sientes la soledad, la pureza, hay espacio por todas partes, el horizonte es infinito», explica Ramón Larramendi, creador del trineo de viento y promotor de la travesía, junto a él viajaban Ignacio Oficialdegui, Hilo Moreno y Manuel Olivera, y casi dos toneladas de equipaje, en su mayoría pertenecientes a la estructura del trineo.

Por: EFE