Chile.
Wilfredo Zepeda vive literalmente entre relaves. Tiene uno frente a su casa y el segundo es un cerro de residuos mineros que casi se le viene encima. Contrajo silicosis, una enfermedad respiratoria a raíz del exceso de polvo contaminante. Como él, muchos habitantes de Andacollo, como una minera ubicada en el llamado Norte Chico de Chile, donde sus vecinos cohabitan con 122 relaves, 34 de ellos emplazados en plena zona urbana.
“Por eso es esto, para tener algún día para mis nietos, para mis niños, que venir a este lugar y que respiremos, porque el Turpial a nosotros nunca nos ha dejado respirar”, acentuó Guadalupe.
Guadalupe creó este oasis entre los que ella llama Turbiales, cerros de residuos químicos, muchos de los cuales son altamente tóxicos. Por eso es tan relevante la iniciativa de investigadores de las universidades de Chile y Andrés Bello que buscan transformar este pasivo minero en fuente de generación de cobalto, el también llamado oro azul.
“Es la sostenibilidad en la minería, la minería verde, la economía circular. Vale decir que aprovechemos al máximo lo que explotamos. Hoy en día, como te mencionaba, la pirita es un mineral que se denomina ganga. Es un mineral que no tiene un valor económico asociado y es un mineral que cuando queda expuesto a la atmósfera y a la hidrosfera queda expuesto a la acción del medio ambiente. Es un mineral que se oxida fácilmente, se hidroliza fácil y es un mineral que genera ácido sulfúrico”, relató Brian Townley, profesor de Geología.
Por eso es tan relevante despolitizar los relaves, evitar que los contaminantes afecten a la población y qué mejor si en vez de ello se puede obtener cobalto, un mineral que es clave para la electromovilidad y que se puede obtener mediante biolixiviación bacteriana.
“Lo que nosotros tenemos que hacer acá en este laboratorio, es identificar las mejores bacterias que puedan disolver el cobalto contenido en la pirita. Entonces aislamos las bacterias, así como está aquí en la placa Petri, y luego sacamos cada una de estas colonias. Es un tipo de bacteria diferente y las probamos para ver cuál hace mejor la pega”, destacó Pilar Parada, investigadora.
“Acá hay riqueza, los invito a todas las personas que puedan estar haciendo esos estudios, vengan a Andacollo acá hay una cantidad de relaves bastante grande que se puede extraer todo lo que está. Esto ya está en superficie, ya no hay que extraerlo, como dice usted de una mina, está acá en superficie y nos está haciendo un daño al entorno, al patrimonio, a las casas, a las viviendas, a la salud de las personas”, dijo Javier Cifuentes, concejal de Andacollo.
El mayor productor de cobalto en el mundo es la República Democrática del Congo, con 145 mil toneladas anuales. Le sigue muy de lejos Indonesia, con 9,500 toneladas.
“Esperamos que de aquí al 2030, ese es el compromiso, esto lleve a Chile a ser el segundo productor de cobalto del mundo”, detalló Parada.
Una explotación que no solo implicaría importantes réditos económicos al país, también tendría un altísimo impacto para quienes hoy viven entre relaves.
“Así no tendríamos ya un material causando problemas en la sociedad, sino que sería beneficioso para la sociedad y para la pequeña minería”, subrayó Townley.
Explotación de oro azul con una minería verde. Los ambiciosos desafíos en Chile para aprovechar los relaves. Dar una mejor vida a quienes viven cerca de ellos y de paso, dejar de lado la tradicional monoproducción cuprífera chilena.
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