Ariel Marinkovic vuela y caza desde hace un año con Hook, un halcón que aprendió a volar a la sombra de su parapente en los cerros que rodean Santiago (Chile).
Este fotógrafo y videasta cumplió un sueño de infancia y adquirió a Hook en un criadero cuando todavía era un polluelo. Marinkovic y su halcón van juntos a cazar conejos, un platillo predilecto para el ave que también disfruta de los trozos de carne que su dueño le da cuando se posa en su hombro o brazo.
El fotógrafo construyó una jaula a un lado de su casa, solo amarra a Hook en la ciudad porque en caso de escapar, puede electrocutarse o ser atropellado por un vehículo. El hombre ve al halcón como un compañero de cacería más que como una mascota. También niega haber domesticado al animal y asegura que el ave lo ha arrastrado a la naturaleza.
Por: AFP
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