Jamaica.

La comida jamaiquina se suele asociar con el pollo asado o frito, pero hay un movimiento que practica la comida no manufacturada que pretende ser la resistencia a la homologación y a la uniformización cultural.

Se trata de la comida I-tal, una cocina sencilla y saludable cuyas reglas son pocas pero precisas. Los alimentos deben ser lo más natural posible, por lo que se rechazan los alimentos modificados genéticamente y que contienen aditivos.

No se permiten alimentos que causen la muerte de algún animal, pues para los rastafaris la comida aumenta la vitalidad y la energía positiva, una filosofía donde la muerte no tiene cabida.

Están estrictamente prohibidos los cigarrillos, el café y el alcohol, por ser sustancias nocivas para la salud. En los tiempos de la colonización, los pobladores jamaiquinos se hicieron conscientes de los altos niveles de aditivos que contenían los alimentos importados y aprendieron el valor de los cultivos autóctonos para la preparación de la comida I-tal.

Obligados a vivir con lo mínimo necesario, los rastas buscaron una dieta que les asegurara una vida saludable, conscientes de que no podían contar con asistencia médica cerca, se preocuparon por aprender las bases de las yerbas y cuidaron la preparación de alimentos que garantizaran un buen estado de salud.

Por: NOTIMEX