Shanghai.
La primera clonación exitosa de primates la logró un grupo de científicos chinos en 2018, casi 22 años después -y con la misma técnica- del conocido caso de la oveja Dolly. Ahora, el mismo equipo liderado por Zhen Liu y Qiang Sun ha conseguido clonar otra especie, un mono rhesus que sobrevivió más de dos años.
Los investigadores sugieren que este nuevo logro, para el que se desarrolló un método que proporcionó al embrión clónico en desarrollo una placenta sana, permite avanzar en la comprensión de los mecanismos de la clonación en primates y podría ayudar a mejorar en un futuro la eficiencia del proceso, que hasta ahora es extremadamente baja.
Los detalles de la clonación del mono rhesus (en 2018 copiaron dos monos cangrejo) se publican este martes en Nature Communications.
Una clonación hace más de dos décadas
La famosa oveja Dolly nació el 5 de julio de 1996 y fue el primer mamífero clonado a partir de células adultas gracias a una técnica ideada por Ian Wilmut y sus colegas del Instituto Roslin de Edimburgo. Sin embargo, el mundo no sabría de esta hazaña hasta febrero de 1997.
Su publicación en Nature ese año supuso el punto de partida de la clonación de otros mamíferos (vaca, cerdo o perro), «un lento goteo que demostraba las dificultades intrínsecas de cada especie, con características distintas de su biología de reproducción, necesarias para adaptar el método original desarrollado para clonar la oveja Dolly», señala el científico Lluís Montoliu, que no participa en la investigación.
El método de clonación se denomina en realidad «proceso de transferencia nuclear de células somáticas» (SCNT en sus siglas en inglés) y consiste en reemplazar el núcleo de un óvulo, que contiene el ADN, por el de una célula somática adulta de otro individuo.
El equipo de Liu y Sun, de la Academia de Ciencias China en Shanghai, adaptó esta técnica para lograr la nueva clonación. Sun recuerda -en un correo electrónico- que los monos son vitales y comúnmente utilizados en el campo de la investigación cognitiva y biomédica.
Por ejemplo, se han usado modelos de monos transgénicos como el de la enfermedad de Huntington o modelos de monos modificados genéticamente como el de la enfermedad de Parkinson.
Sin embargo, apunta Sun, es muy difícil obtener modelos de mono genéticamente idénticos, especialmente para los monos editados genéticamente. «SCNT es la tecnología para clonar animales genéticamente idénticos».
Método sofisticado
La nueva clonación se obtuvo al combinar el tratamiento de los embriones clonados con el inhibidor Tricostatina A y con la enzima Kdm4d, ambos ya usados en la anterior del macaco cangrejero y encaminados a alterar el estado epigenético de los embriones, explica Montoliu, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC), a Science Media Centre, una plataforma de recursos científicos para periodistas.
Lo hacen con un sofisticado método de reemplazo del trofoblasto, las células que rodean a la masa interna celular en el blastocisto -embrión de unos cinco días- y que más tarde darán lugar a la placenta.
En los experimentos, se activaron un total de 113 embriones clonados de rhesus y transfirieron 11 a 7 hembras, de las que dos se quedaron embarazadas; finalmente nació una cría, detallan en su artículo.
La eficiencia fue parecida a la de procesos anteriores, incluso menor: un animal clonado que sobrevivió a partir de 113 embriones iniciales (eficiencia de menos del 1 %).
En el caso del rhesus, solo un estudio había logrado clonar células somáticas, pero el animal no sobrevivió al nacimiento. Ahora el ejemplar, al que los investigadores llamaron ‘ReTro’, consiguió vivir dos años.
Para José Manuel Bautista, catedrático de Biología Molecular de la Universidad Complutense de Madrid, se trata de un avance importante del conocimiento.
El resultado, recalca, pone en evidencia que para el desarrollo embrionario normal y saludable existen un buen número de elementos epigenéticos tanto de la madre como de la célula embrionaria.
Los cambios epigenéticos afecten al funcionamiento de los genes y tienen que ver con el entorno donde vive la célula. A diferencia de los cambios genéticos, estos son reversibles y no modifican la secuencia de ADN, pero pueden cambiar la forma en que el organismo lee esa secuencia.
«Creo que este estudio ayudará a investigar otros elementos epigenéticos más específicos relacionados con la reproducción asistida tanto en animales como en humanos, que deben ser comprendidos».
En este sentido, Qiang Sun dice que pueden existir anomalías epigenéticas que corregir. «En el futuro nos centraremos en las estrategias para mejorar la tasa de éxito de la SCNT en primates».
¿Clonación humana?
Tanto la clonación del macaco cangrejero (‘Macaca fascicularis’) como la del rhesus (‘Macaca mulatta’) demuestran dos cosas, apunta Montoliu: es posible clonar primates y, no menos importante, es sumamente difícil tener éxito con estos experimentos, con eficiencias tan bajas, «nuevamente descartando la clonación de seres humanos».
Estos experimentos no habrían podido hacerse en Europa. La legislación sobre experimentación animal prohíbe el uso de primates no humanos a no ser que el estudio esté encaminado a investigar una enfermedad grave, mortal, que afecte a seres humanos o a la propia especie de primates, que no es el caso de este experimento.
Para Bautista, la investigación pone en el debate además el concepto del estatus moral de los primates pues por una parte es un modelo excelente de enfermedad humana, mientras que su uso en la investigación puede ser controvertido y éticamente problemático, sobre todo si daña al animal.
El investigador subraya que ya existen controles y coincide con Montoliu en la claridad de las leyes europeas.
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