Granada, España. 

Un equipo de investigación en el que participa la Universidad de Granada (UGR), ha hallado por primera vez en ratas de Europa occidental el parásito que es la causa más frecuente de un tipo de meningitis.

La investigación ha permitido descubrir el gusano Angiostrongylus cantonensis, un parásito capaz de ser transmitido al ser humano que está presente en las arterias pulmonares de las ratas y que es el agente causal más común en el ser humano de la meningitis eosinofílica (ME).

Esta enfermedad provoca una inflamación de la membrana que cubre el cerebro y puede causar ataques, lesiones cerebrales y trastornos visuales, entre otros síntomas.

Investigadores del Laboratorio de Parasitología Bioquímica y Molecular del Instituto de Biotecnología de la Universidad de Granada, dirigidos por el catedrático Antonio Osuna Carrillo de Albornoz, han participado en este trabajo que coordina la Universitat de València y que ha localizado el parásito en dos especies de ratas de la ciudad de Valencia.

Expansión del parásito

Hasta la fecha, el nematodo había sido detectado solo a nivel insular en Europa, tanto en ratas de Tenerife como en erizos de Mallorca, pero la globalización y el cambio climático han favorecido la expansión de este parásito de origen asiático, según han apuntado los autores del estudio.

El descubrimiento, de importante repercusión en Salud Pública, se ha dado tanto en ratas de alcantarilla como en la rata negra.

La transmisión a los humanos es alimentaria por la ingestión, tanto de caracoles parasitados crudos o poco cocinados como por verduras que se consumen crudas en ensaladas y que están contaminadas con la baba del caracol con la larva infectiva.

Hasta la fecha, los casos humanos de ME detectados en Europa son importados de países endémicos.

Con este hallazgo, además de tomar las medidas profilácticas idóneas para evitar la infección, este gusano tiene que incluirse en el diagnóstico diferencial en pacientes con síntomas clínicos compatibles con la infección parasitaria, como cefalea intensa, tortícolis, náuseas o vómitos, con o sin historial de viajes a otros países endémicos.