Sao Paulo.-

Declarada Patrimonio Natural de la Humanidad, la isla brasileña de Fernando de Noronha también le ha declarado la guerra al plástico, un material que tiene sus días contados en este paraíso situado en medio del océano Atlántico.

Más allá de la prohibición de los pitillos o pajitas, extendida en varias ciudades del mundo, Fernando de Noronha ha dado un paso al frente en la lucha por proteger la naturaleza y en cuestión de meses se convertirá en la primera región de Brasil en vetar el uso y comercialización del plástico descartable.

A partir de abril la cubertería de plástico, las botellas de menos de 500 mililitros y las bolsas no reciclables estarán impedidas de entrar en esta exclusiva isla de aguas verdes turquesas y arenas doradas descubierta por Américo Vespucio en uno de sus primeros viajes.

El decreto intenta contener los desechos en este archipiélago situado a 350 kilómetros de la costa continental brasileña y donde las autoridades tan solo consiguen reciclar el 30 % de la basura generada por los cerca de 3.000 habitantes y más de 100.000 turistas que visitan la región cada año.

El 70 % restante debe ser trasladado por las autoridades al continente mediante barcos, un proceso que encarece notablemente el tratamiento de los residuos orgánicos.

Por: brasil-viajar

«La basura en general es un problema en Fernando Noronha, nos hemos anticipado y hemos tomado la decisión de prohibir todo el plástico. Es una tendencia mundial y Noronha no podía quedarse fuera», afirmó Guilherme Rocha, administrador de la isla, que depende del estado de Pernambuco.

La prohibición del plástico se suma a una serie de medidas adoptadas en los últimos años por Fernando de Noronha, un paraíso protegido por las leyes ambientales del país desde 1988, cuando fue declarado parque natural.

«Antes de que se tomara esta decisión, ya nos habíamos adecuado. Comenzamos a usar pitillos de papel biodegradables, frenamos el uso de bolsas de plástico y reciclamos el agua proveniente de la lluvia. El decreto sirve para formalizar, sobre todo entre los vendedores ambulantes», explicó  Fabiana Falcao, directora comercial de la posada y el restaurante Dolphin.

Falcao asegura que la prohibición de plástico incrementa los costes de su negocio, pero la considera una medida «necesaria» por el «bien» de esta isla frecuentada por celebridades de todo el mundo y uno de los refugios del jugador brasileño Neymar.

Por: EFE