Buenos Aires, Argentina

Unos laboratorios en Buenos Aires llevan años trabajando en una alternativa sostenible al consumo cárnico, y ahora lo han conseguido gracias a la técnica de «cultivo», que permite crear carne por multiplicación celular in vitro a partir de una muestra animal.

La coordinadora del área de bioingeniería de los laboratorios Craveri, María Laura Correa, cuenta que la idea surgió tras una alerta de la Organización Mundial de la Salud (OMS), mientras sostiene un frasco con los resultados de casi cuatro años de investigación: pequeños anillos de carne, pura fibra muscular sin materia grasa, con un valor nutritivo «similar» al de la carne animal.

Fue así como este laboratorio especializado en medicina regenerativa comenzó a aplicar la misma técnica que usaba cuando creaba «piel, cartílagos y huesos» para generar tejido muscular, un proceso que tarda unas cuatro semanas y que tiene como estrellas a las «células satélite», encargadas de la multiplicación.

UN «CHURRASQUITO» DE LABORATORIO

Comienza con la toma de una muestra de músculo animal, de «unos cinco o seis gramos», de la que se extraen estas células, llamadas mioblastos, y se siembran en un «biomaterial» -un líquido de color rosa rico en medios nutritivos como ácidos grasos, vitaminas e hidratos de carbono- que sirve de alimento para que las células puedan «crecer y dividirse».

El cultivo se hace empleando una estructura circular para que las células «empiecen a sentir la tensión superficial y empiecen a diferenciarse las fibras musculares», que finalmente tendrán forma de anillo, de color blanquecino, debido a la falta de sangre que da el característico color rojo a la carne, aunque la científica afirma que el siguiente paso es dotar a esta fibra muscular de un aspecto más apetecible.

Si bien el aspecto presenta diferencias con la carne tradicional, el valor nutritivo es muy parecido e incluso podría ser superior.

UN PROCESO «MUY ARTESANAL»

Estos laboratorios emplean por ahora tejido bovino, aunque aseguran que el proceso funcional igual con cualquier animal, incluido pescado, que siempre será necesario, pues la células no pueden reproducirse «eternamente», y por ahora desconocen cual es la cantidad exacta de carne que pueden producir a partir de una muestra.

«No le generamos ningún daño, el animal después puede seguir caminando, no tiene ninguna complicación adicional porque la nuestra realmente es muy pequeñita», matizó.

Por: EFE