Un empresario israelí invirtió un millón de dólares en un barco con una maquinaria construidapara limpiar los océanos de aceite derramado y la adaptó para la limpieza de residuos plásticos.

Un equipo de 125 voluntarios y 150 estudiantes, se desplegaron en siete kilómetros cuadrados de playas para recolectar los desechos. La embarcación pasó las primeras pruebas, entre los desperdicios se encontraron pedazos de mesas, televisores, botellas, cucharas, zapatos y utensilios desechables.

En Roatán (Honduras) es posible bucear con tiburones, nadar con delfines, observar ballenas o visitar cuevas y cavernas, pero múltiples especies marinas están sucumbiendo porque comen los plásticos por error.

Los desperdicios forman parte de lo que los investigadores llaman el séptimo continente o Continente de basura que desde hace décadas se ha detectado en el pacifico.

El experimento que ha funcionado en Honduras puede ayudar para recoger los desperdicios si se involucran autoridades estatales y organismos no gubernamentales, también se requiere que la población sustituya los plásticos desechables por cartón (AFP)