Yale analiza cultura puertorriqueña a través de música de Bad Bunny

Puerto Rico.

El artista puertorriqueño Benito Antonio Martínez Ocasio, conocido mundialmente como Bad Bunny, se ha convertido en objeto de análisis académico en la Universidad de Yale, una de las instituciones más prestigiosas del mundo, donde su más reciente disco Debí tirar más fotos es el eje de un curso universitario dedicado a estudiar cultura, historia e identidad latina.

La clase, impartida por el profesor Alberto Laguna, analiza las canciones del álbum como una puerta de entrada a la historia y la realidad contemporánea de Puerto Rico, abordando temas como la migración, la identidad y la compleja relación de la isla con Estados Unidos. El curso parte de la premisa de que comprender el presente es una tarea esencial de la universidad, más allá del estudio exclusivo de civilizaciones clásicas o del pasado lejano.

Desde esta perspectiva, Laguna subraya que «no es posible entender el pasado, el presente ni el futuro de Estados Unidos sin tomar en cuenta a la comunidad latina y el papel del español como lengua viva dentro de su historia cultural y social». En ese sentido, la música de Bad Bunny funciona como un espacio de reflexión sobre procesos históricos que siguen en desarrollo.

El interés por el curso ha sido tan significativo como la popularidad del propio artista. De más de 120 solicitudes, solo alrededor de 20 estudiantes lograron ser aceptados. En el aula coinciden alumnos familiarizados con la obra de Bad Bunny y otros que dependen de traducciones para comprender las letras, lo que ha generado un entorno diverso y enriquecedor de discusión académica.

Para muchos estudiantes, el curso representa una experiencia única. Algunos lo describen como una de las clases más interesantes del año, destacando tanto el enfoque innovador del contenido como el trabajo académico del profesor Laguna. El entusiasmo en torno al curso lo ha convertido en uno de los más comentados dentro de la comunidad universitaria.

Más allá del fenómeno mediático, alumnos y docentes coinciden en el valor de estudiar la historia en tiempo real, utilizando expresiones culturales contemporáneas para analizar procesos sociales, políticos y culturales que continúan moldeando la realidad actual.