México.

¿Alguna vez has oído hablar del efecto Mozart?, según el cual escuchar música clásica mejora en los niños la habilidad de razonar sobre las relaciones espaciales y otras tareas no verbales. Se ha demostrado que esto no es cierto, pero aprender a tocar un instrumento o cantar sí ayuda a aumentar el coeficiente intelectual.

Los niños de 6 años que tomaron lecciones de piano o canto incrementaron en promedio 7 puntos su IQ, otros pequeños de la misma edad que tomaron clases de actuación u otras asignaturas mostraron un aumento general de 4.3 puntos en este índice.

En las pruebas de inteligencia que se realizaron al inicio y al final del ciclo escolar de primer grado se reconoció el beneficio en las pruebas verbales y no verbales.

Según los investigadores, las clases de música suponen la presencia de experiencias que tienen un efecto positivo en la percepción, en particular durante la infancia, cuando el desarrollo cerebral es sensible a la influencia ambiental.

El entrenamiento musical exige conceder atención a largos periodos para leer las notas, memorizar los pasajes largos y dominar habilidades motoras finas. Un beneficio adicional surgió en los niños con clases de actuación ya que mejoraron sus habilidades sociales.

Las investigaciones futuras requerirán explorar la influencia sobre la inteligencia de facetas específicas del adiestramiento musical. Para resolver algunos de estos puntos se ha propuesto realizar un estudio en largo plazo que seguirá el desarrollo intelectual y cerebral en los niños mientras aprende a tocar instrumentos musicales.

Por: DGDC.