Guadalajara, Jalisco
En el marco de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el público se reunió para escuchar al Dr. Diego Mercado Ravell, investigador del Cinvestav Unidad Guadalajara, acompañado por Johan Van Horebeek, profesor del CIMAT.
Durante casi una hora, Mercado Ravell ofreció una exposición clara y accesible sobre los fundamentos físicos, las aplicaciones sociales y los desafíos éticos de los drones, una tecnología que hoy redefine tanto la vida cotidiana como los conflictos bélicos.
La guerra de los drones
“La guerra de Ucrania es la guerra de los drones”, comenzó Mercado Ravell, subrayando cómo estos vehículos aéreos no tripulados han transformado la estrategia militar. Desde drones kamikazes hasta enjambres autónomos, el conflicto ha mostrado que el dominio aéreo ya no depende solo de aviones tripulados, sino de sistemas pequeños, baratos y altamente adaptables.
El investigador recordó que detrás de cada dron hay matemáticas aplicadas que garantizan su estabilidad y control automático. “Lo principal es que no se caiga”, explicó, retomando la idea de que vencer la gravedad es el primer reto: la fuerza de los rotores debe superar el peso del aparato más la aceleración de la gravedad.
Más allá del ámbito militar, Mercado Ravell destacó que los drones ya están presentes en múltiples áreas de la vida cotidiana. En la agricultura y la ganadería permiten monitorear cultivos y animales con precisión, optimizando recursos y detectando problemas antes de que se conviertan en crisis. En situaciones de emergencia, los drones pueden equiparse con desfibriladores y kits de primeros auxilios, o funcionar como antenas de comunicación en zonas afectadas por desastres naturales.
En las ciudades, se perfilan como herramientas para la logística de última milla y el transporte de personal, mientras que en el ámbito cultural y recreativo sustituyen los fuegos artificiales con espectáculos de luces sincronizadas, más seguros y sostenibles.
Incluso en la vida social, los drones se han convertido en protagonistas de bodas y conciertos, capturando imágenes y videos desde ángulos imposibles.“Los drones ya están aquí”, insistió Mercado Ravell, “pero no se han escalado por los riesgos y la falta de quién se responsabilice por los accidentes. Además de la legislación”.
El investigador explicó que un dron requiere motores, procesadores, baterías de litio, sensores, cámaras, giroscopio, magnetómetro, altímetro y GPS.
El sistema IMU combina tres sensores para garantizar la orientación. La clave está en la física: con al menos cuatro hélices cruzadas, se logra estabilidad y maniobrabilidad, aplicando principios de la Segunda Ley de Newton y la acción-reacción. “Las hélices no son iguales, están cruzadas. Para girar sobre su eje, coordinan hélices en diagonal”, detalló.
El término “dron”, recordó, proviene de “zángano”: flojo porque debe ser autónomo y por el zumbido que emite.
El país ha tenido aportaciones relevantes: Pedro Castillo en controladores automáticos y Jordi Muñoz con la empresa 3D Robotics. Sin embargo, México invierte menos del 1% del PIB en investigación y desarrollo, muy por debajo de lo recomendado.
La Marina de los Estados Unidos de América, a través del Office of Naval Research, financia proyectos como el “Autonomous Landing in Urban Environments”, que Mercado Ravell lidera desde Guadalajara.
Mercado Ravell compartió algunos de sus proyectos más relevantes: el primer dron híbrido aire-agua (2015–2017), desarrollado en Rutgers, que ahora busca retomarse con CIMAT Zacatecas; el transporte de carga con múltiples drones, en colaboración con la Dra. Fátima Oliva y el Dr. Pedro Castillo; y líder del proyecto “Autonomous Landing in Urban Environments”, financiado por el Office of Naval Research (ONR) de Estados Unidos.
Este busca optimizar el aterrizaje autónomo de drones en ciudades. Este proyecto cuenta solamente con un año más de financiamiento, y el equipo que dirige Mercado Ravell trabaja en lograr una demostración en condiciones controladas antes de que concluya el apoyo.
En entrevista posterior, explicó que este último proyecto, que él mismo lidera, busca que los drones “sean capaces de estimar el riesgo de los accidentes y tomar decisiones inteligentes de dónde aterrizar o incluso de dónde caer con estilo, para minimizar daños”. Por lo que el reto es lograr una demostración en condiciones controladas antes de que concluya el apoyo financiero.
La conferencia cerró con un mensaje contundente: “Para que México sea una potencia tecnológica, hay que cambiar la manera de pensar, aumentar el interés y la curiosidad. Desarrollar más investigación y obtener más financiamiento público y privado”.
China, en contraste, se ha consolidado como líder mundial en drones gracias a su inversión estratégica, además del apoyo para estudios en el exterior, lo que les ha permitido aprender tecnología en diversos países, modelar los procesos y desarrollar exitosamente los proyectos en su país, a un costo más bajo, haciéndose muy competitivos.
Por: Ramón Reyes García / NCC Iberoamérica
- ¿Sabes cómo funcionan los drones? Ciencia, aplicaciones y retos tecnológicos en la FIL Guadalajara 2025 - diciembre 6, 2025
- «Cuentos cuánticos y más allá» | FIL 2025 - diciembre 6, 2025
- “Apliquemos la educación”: una conversación sobre creatividad, belleza y curiosidad en la enseñanza - diciembre 5, 2025




