Jalisco, México.
Experto en agujeros negros, estudioso del origen del cosmos y discípulo del fallecido científico Stephen Hawking. El físico francés Christophe Galfard habló sobre el Universo y lo que hay más allá de nuestra galaxia, en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara.
«Hablar de las fronteras del universo es apasionante. Y vamos a hablar con un físico que tiene pasión por la comunicación de la ciencia, por compartir sus mundos. Los agujeros negros lograron tomarse una ‘selfie cósmica’ gracias al trabajo de científicos como él» , así presentó el periodista y divulgador mexicano Pepe Gordon a Christophe Galfard.
El físico francés comenzó su charla «Agujeros negros», explicando que existe lenguaje que se puede utilizar para comprender las leyes de la naturaleza, este lenguaje son las matemáticas:
“Para hacer que estas leyes sean comprensibles y poderosas hay que usar el lenguaje de la matemática, pudiera haber sido otra cosa o quizá en mil años sí será otra cosa, pero hoy, este es el mejor lenguaje que tenemos para hacer predicciones sobre el futuro”, expresó.
Detalló que hay algo sobre las leyes de la naturaleza que podemos tratar de encontrar y que a lo largo del tiempo distintos pensadores trataron de averiguar; puso como ejemplo a Isaac Newton:
“Una de las leyes que describió Newton fue la gravedad y él nos dio algunas reglas para decirle a las personas cómo actúa la gravedad sobre los objetos. El poder de la ley fue increíble, por primera vez en la historia de la humanidad podríamos encontrar algo que no sabíamos que existía, lo encontramos porque la matemática lo calculó”, detalló.
Contó a las y los presentes que durante 180 años los científicos trataron de comprender por qué Mercurio se movía de manera diferente; pensaron que había otro planeta cercano a Mercurio que podría explicar esta órbita extraña y no encontraron nada. Esta situación comprobó que la gravedad se comporta diferente y no lo que Newton había pensado.
“En ninguna parte de los trabajos de Newton se explica lo que en realidad es la gravedad, entonces cuando no sabemos lo que está ocurriendo en la ciencia, no tenemos muchas opciones, usamos la imaginación y tratamos de encontrar una respuesta, podemos imaginar lo que queramos”, dijo.
Compartió que la Teoría de la Relatividad de Einstein en realidad es un una teoría de la gravedad, pues la “tela del universo” interactúa con objetos que están en él y esta interacción crea estas curvas, pendientes que bajan, deslizan en estas curvaturas en la trama o tela del universo”, explicó.
Estrellas y más allá
Cuando explota una estrella quedan unos puntos blancos que se llaman enanas blancas, que de acuerdo con Christophe Galfard son el “corazón que explota”, que puede ser tan denso que colapsa sobre sí misma.
“De las estrellas de neutrón se hicieron cálculos y se mostró que en algunos casos muy extremos, estos objetos son tan fuertes que se colapsan sobre sí mismas. Tenemos cientos de imágenes de estrellas que han explotado en el espacio, muchas de ellas tienen un remanente en el centro. Cada vez que hay estos puntitos blancos que permanecen, para que una estrella de neutrones nazca, para que ocurra algo extremo, necesitamos que la gravedad sea muy fuerte”, explicó.
Christophe Galfard, dijo que estas estrellas cuando explotan liberan tanta energía, que pueden contraer el núcleo con tanta potencia que puede alcanzar el límite, después del cual el corazón colapsa sobre sí mismo y crea lo que conocemos como el agujero negro.
A lo largo de 10 años se hizo un estudio para ver las estrellas que están en el centro de la galaxia. Compartió que en ese estudio lograron ver a una estrella moverse a 27,000 km/h:
“Aquí tenemos una estrella que da la vuelta con algo que no podemos ver, ¿qué tan grande debe ser algo para hacer que una estrella se mueva así? y el cálculo dice que aquí en algún lugar (donde la estrella gira) hay la masa de 4 millones de soles que son requeridos para que esta estrella se mueva así”.
Sobre este estudio dijo que nada puede ser así de grande y de fuerte, ni tener tanta energía gravitacional, excepto un agujero negro.
Fue por este resultado tras 10 años de estudios, que Roger Penrose y Reinhard Genzel y Andrea Ghez demostraron que los agujeros negros son capaces de interferir en las órbitas de estrellas cercanas y por ello recibieron el Premio Nobel de Física el año pasado.
Por: Mayra Vargas / NCC Iberoamérica.
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