En Chile, futbolistas trasplantados promueven la donación de órganos

Chile.

El sueño de Héctor Sánchez de ser futbolista se truncó por una enfermedad del hígado. Dos implantes le dieron la oportunidad de renacer y jugar para promover la donación de órganos en Chile, un país con una baja tasa de trasplantes. Junto a otra veintena de trasplantados, la mayoría receptores de órganos de riñón, Sánchez forma parte del equipo de aficionados conocido como ‘La selección chilena de trasplantados’. En septiembre ganaron el llamado Primer Mundial de Fútbol de Trasplantados en Italia, tras una campaña invicta al vencer 5-1 a España en la final.

“La idea de este Mundial y la idea de todas estas actividades que se están haciendo es para poder fomentar la donación, y yo creo que eso es algo súper importante porque si no fuera por donación, no fuera por la gente que está detrás de todo esto quizás, yo no estaría acá, o sea no la historia sería otra. Entonces yo creo que eso es lo más lindo, el tema de poder darle una segunda oportunidad de ir a la gente”, dijo Héctor Sánchez.

Pese a las grandes cicatrices con las que cargan estos deportistas, cuando rueda el balón se lanzan sobre él sin mayores preocupaciones, no usan ninguna protección especial en la zona trasplantada.

“¿Cuál es nuestra idea? Es poder demostrar a través del deporte que sí hay un mensaje bonito detrás de que se pueda dar la donación que ayuda a muchas familias, no tan solo al paciente, pero sí queda un beneficio familiar, un beneficio global de que una persona se pueda reintegrar a la sociedad de forma normal, de hacer su vida normal”, contó Pablo Arancibia, Jugador de fútbol de la Selección de Chile de Trasplantados.

Cerca de 2,200 personas esperan por un órgano hoy en Chile, pese a contar desde 2010 con una ley que impulsa la donación, el país tiene una baja tasa de trasplantes, 10 por cada millón de habitantes.

La cifra no aumentó significativamente en el país desde la promulgación de la ley que establece que todo mayor de 18 años es donante en caso de morir, y pese a las campañas del estado promoviendo los trasplantes. Esto fundamentalmente debido a la oposición de las familias del potencial donador que pueden negarse a la entrega de los órganos, una vez que se declara el fallecimiento.