Lisboa, Portugal.
«Es una PCR como si fuera el alcoholímetro, en el que sólo tienes que soplar», asegura el investigador del Instituto Ibérico de Nanotecnología de Braga (INL) Jordi Llobet, en relación al revolucionario detector de Covid-19 que están desarrollando para que en breve pueda ser usado.
«La PCR se la puede hacer uno mismo en su casa» y no necesita de los bastoncillos, asegura; y se muestra optimista para que el dispositivo pueda usarse en el próximo año 2021.
Se trata de una de las muchas aplicaciones que tiene el proyecto «Dispositivos Nanofluídicos», una iniciativa del INL en colaboración con el Centro Tecnológico AIMEN de Pontevedra, financiado con 4.225.750,67 euros por el Programa Operativo de Cooperación Territorio España-Portugal (POCTEP), en el marco del proyecto hispanoluso «Nanoeaters».
El objetivo final: transferir el conocimiento que desarrollan los científicos del INL para el sector empresarial ibérico y, a su vez, que redunden en beneficio para la población.
Un dispositivo portátil
«La gracia de este nuevo dispositivo es que es portátil y el resultado te sale directamente en el móvil», explica.
Dada la urgencia por avanzar y combatir la Covid-19, el dispositivo ya está fabricado y los científicos de Braga lo están testando en el laboratorio «en una carrera contrarreloj» que iniciaron este mismo año porque se trataba de «una urgencia sanitaria».
Jordi Llobet es ingeniero electrónico y de materiales, natural de Barcelona, y llegó al INL en 2017 tras cursar su último máster en nanotecnología.
Con el proyecto de «Nanofluídicos» llevan tres años desarrollando diferentes dispositivos que sirvan para mejorar la eficiencia en campos como en el de la sanidad, la industria 4.0 o la alimentación.
«La idea es simple», explica: «creamos dispositivos de 2 por 2 centímetros mediante tecnología microelectrónica con unos canales muy pequeños por donde van a pasar los fluidos».
Dar funcionalidad a los inventos
A su vez, para darle funcionalidad a los inventos, se han reunido en estos tres años con diferentes empresas tecnológicas españolas que les indicaron cómo debían de ser dichos dispositivos para que fueran útiles.
Es el caso de dos empresas gallegas que participan en las utilidades que se pueden obtener si se filtra el plasma a través de estos aparatos. La mejora en las infusiones de sangre son algunos de los casos prácticos.
Incluso, han logrado modificar el color a diferentes fluidos sin la necesidad de usar colorantes, una utilidad que puede ser muy interesante para el sector alimentario.
Mediante unos moldes de silicio (arena de playa) con estructuras nanométricas por el que discurren los fluidos, logran alterar la luz y crear color.
Entre los casos prácticos, el del sector del chocolate, donde le pueden dar el color que deseen sin usar colorantes.
Aunque los colorantes puedan ser inocuos para las personas, lo cierto es que «se reducen los aditivos», argumenta.
También es muy útil este dispositivo a la hora de fabricar plásticos de diferentes colores con la misma técnica y siempre con la luz del sol.
El filtrado de los líquidos que posibilitan estos dispositivos puede ser de gran utilidad incluso en la industria del crudo.
Según Jordi Llobet, con cantidades muy pequeñas de microfluidos se puede analizar el petróleo a través de estos sistemas desarrollados por el INL y las empresas podrán extraer conclusiones importantes sobre sus sedimentos, lubricantes, etc.
Es muy importante la transferencia del conocimiento y la colaboración entre instituciones de España y Portugal, insiste el científico español, que apura sus últimos días como investigador del INL, ya que en 2021 pasará a formar parte departamento de Microelectrónica de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Por: Carlos García, EFE.
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