Haití.

La pandemia de cólera que vive Haití tiene a los equipos médicos de todo el país desbordados. La escasez de combustible y el control que ejercen las violentas bandas ha dejado aislada a gran parte de la isla y sin acceso a tratamiento. Hasta la semana pasada, el Ministerio de Salud había registrado 33 muertes por cólera y 960 casos sospechosos, una cifra que Unicef considera muy por debajo de la realidad.

Los principales afectados de esta pandemia son los niños, cuyos sistemas inmunológicos están debilitados por la desnutrición, un problema que, según la ONU, afecta a casi la mitad de la población.

Nadia Pierre, una de las afectadas por esta epidemia, explicó el caso de su hijo: «El domingo pasado, cuando me desperté, vi a mi hijo vomitando, tenía diarrea, lo que me obligó a llevarlo a un centro cercano a mi casa. Pero no había ningún médico que lo atendiera. Fue la gente de Médicos Sin Fronteras la que nos llevó a este centro para proporcionarle los cuidados necesarios. Afortunadamente, por el momento, la salud de mi hijo ha mejorado».

La ingestión de agua o alimentos contaminados con la bacteria Vibrio cholerae es la principal causa del cólera. Por este motivo, Médicos sin Fronteras considera que lo primordial es garantizar el acceso a agua potable a las zonas controladas por las bandas. El regreso del cólera recuerda a la epidemia de 2010 tras el terremoto que asoló el país. Desde entonces, la enfermedad se ha cobrado más de 10 mil vidas hasta 2019.