Tras la llegada del ser humano a la luna hace casi cincuenta años el entonces presidente Richard Nixon ofreció rocas del satélite natural a todos los países y a cada uno de sus cincuenta estados como señal de la buena voluntad estadounidense.

Pero, decenas de esos fragmentos del satélite del tamaño de un grano de arroz o de una canica desaparecieron en manos de dictadores, robos u otra tragedias de la historia. En Houston, Joseph Gutheinz, ex agente espacial de la NASA se ha ganado el apodo de cazador de rocas lunares gracias a su trabajo para determinar su paradero.

“La operacion eclipse lunar fue mi esfuerzo por intentar detener a los estafadores que venden falsas rocas lunares y polvo; persiguiendo estafadores recuperamos por primera vez en la historia, una roca lunar en una operación encubierta” dijo Guthzein.

Se sabe que una de las dos rocas lunares nicaragüense del Apolo 17  fue vendida a un comprador de oriente medio por una cifra estimada entre cinco y diez millones de dólares.

En españa hay una que puede verse en el Museo Naval de Madrid, pero se cree que la segunda está en poder de la familia del dictador Francisco Franco. 

Por: AFP