La reciente edición de la Conferencia de Cambio Climático de Naciones Unidas (COP29) realizada en Azerbaiyán terminó con un acuerdo de financiamiento para atender los efectos de la crisis climática que resultó muy por debajo de lo solicitado por los países en desarrollo de América Latina.

Uno de los objetivos de la COP29 era que los cerca de 200 países reunidos acordaran una nueva meta de financiamiento que los países desarrollados deberán proveer a los en vías de desarrollo para responder a los impactos del cambio climático.

Luego de dos semanas de intensas negociaciones, el resultado de la reunión fue un acuerdo que triplica la meta anterior de US$ 100.000 millones anuales incluida en el Acuerdo de París, de 2015, y llega a un monto de US$ 300.000 millones anuales para 2035, con el objetivo de “hacer esfuerzos” para llegar a US$ 1.300 billones anuales. Sin embargo, esta última cifra era la meta efectivamente solicitada por los países de América Latina.

El monto asociado a la nueva meta puede salir de “una amplia variedad de fuentes, públicas y privadas, bilaterales y multilaterales”, lo que ha sido criticado por varios países. Además, no está claro cómo se llegará a los US$ 1.300 billones sin un plan detallado.

“La meta carece de ambición y la solidaridad que esperábamos. No representa un mensaje de apoyo a los países en desarrollo”, sostuvo en el plenario de cierre Roberto Piselli, analista en financiamiento e integrante de la delegación de Perú en la COP29. “No pedimos favores; exigimos que se cumplan los compromisos”.

 

Reclamos y opiniones

 

Diego Pacheco, delegado de Bolivia en la COP29, se sumó al reclamo en el plenario. “El financiamiento menor es un insulto y una violación de la justicia y la equidad climática. Pasamos del tiempo de no dejar a nadie atrás a la era del sálvese quien pueda. El pago de la deuda climática es un derecho”, sostuvo.

La conferencia debía terminar el viernes 22 de noviembre por la tarde, pero se extendió hasta el domingo 24 por la mañana por la falta de acuerdo. Los países desarrollados primero ofrecieron US$ 250.000 millones, lo que llevó a que países insulares se levanten de la mesa de negociación en forma de protesta y a la espera de un mejor acuerdo.

Sandra Guzmán, directora del Grupo de Financiamiento Climático para América Latina y el Caribe (GFLAC), sostuvo a SciDev.Net que la meta deja “un gran sabor amargo” y que representa “poco esfuerzo” de los países desarrollados. Sin embargo, destacó que al menos se haya incluido de algún modo el objetivo de US$ 1.300 billones.

En conversación con SciDev.Net, Susana Muhamad, ministra de Medio Ambiente de Colombia, coincidió con Guzmán en destacar la hoja de ruta para llegar a los US$ 1.300 billones. Sin embargo, cuestionó que en la COP “primaron los intereses geopolíticos por sobre el clima, lo que explica el resultado obtenido”.

 

La transición energética

 

El país sede de la conferencia, Azerbaiyán, fue duramente criticado por su gestión de la COP29. El petróleo y el gas representan el 90 por ciento de sus exportaciones y los intereses del sector fueron muy visibles en las negociaciones. Arabia Saudita también fue cuestionado por países y ONGs por obstruir los acuerdos.

En la COP28 en 2023 los países acordaron por primera vez en una conferencia de clima de la ONU realizar una transición gradual de los combustibles fósiles a las energías renovables. Se esperaba avanzar en la implementación de ese compromiso en la COP29, pero los países postergaron la decisión para la COP30.

De hecho, ningún texto acordado en la conferencia en Azerbaiyán incluye una mención a los combustibles fósiles. Borradores previos sí los mencionaban, al igual que nuevas metas adicionales, como aumentar la capacidad de almacenamiento de energía y expandir las redes de transmisión eléctrica.

“Es inaceptable que la COP29 no haya enviado un mensaje fuerte de la necesidad de reducir emisiones y dejar de lado los combustibles fósiles”, dijo a SciDev.Net Fernanda Carvalho, directora de política energética y climática en WWF. “Los países no deben dejar que esto los frene en su búsqueda de mayor ambición”, agregó.

Carvalho y otros especialistas temen que la falta de financiamiento y mayor ambición con los combustibles fósiles lleven a planes climáticos menos ambiciosos, los cuales los países deberán presentar el año próximo. Brasil ya se adelantó y presentó el suyo en la COP29, el cual generó reacciones mixtas.

 

COP30 en 2025

 

La próxima COP tendrá lugar en Brasil en noviembre de 2025. Para el país anfitrión será una oportunidad de visibilizar el liderazgo ambiental de Lula da Silva pero también traerá preguntas sobre la expansión de los fósiles en el país.

Natalie Unterstell, directora del Instituto Talanoa en Brasil, sostuvo a SciDev.Net que la agenda de Brasil en la COP30 debe incluir la adaptación, considerando los visibles impactos en América Latina y la transición de los combustibles fósiles. “Si Brasil puede liderar a los países productores eso va a dar señales a los mercados”, dijo.

 

Por: Fermín Koop vía SciDev.Net América Latina y el Caribe.