Chile.

Se cumple un año desde el incendio que asoló parte de la recóndita isla de Pascua, afectando a más de 200 moáis. Estas milenarias esculturas con cabeza de forma humana luchan contra la degradación y claman por fondos para ser restauradas.

“Para nosotros recién estamos abriendo el parque. El turismo recién hoy día se está abriendo, por tanto, los recursos también están llegando un año después de lo que ocurrió. De hecho, sí ocurrió hace un año atrás es porque tampoco había recursos suficientes como para mantener todo el parque”, dijo Nancy Rivera, directora del Parque Nacional Rapa Nui.

El fuego se originó en unos pasteles, pero se descontroló y alcanzó el cráter del volcán Ranu Raku, conocido como la cantera de los Moáis, porque es ahí donde los antiguos indígenas rapanui esculpieron sus icónicos monolitos en Piedra Toba y lo repartieron por la isla declarada Patrimonio de la Humanidad en 1995.

Daniela Meza, arqueóloga y jefa de conservación del Parque Nacional Rapa Nui, que ocupa casi la mitad de la isla, afirmó que las estatuas no sufrieron fracturas aparatosas porque la exposición a las llamas no fue tan larga, pero sí presentaron marcas de hollín y algunos cambios de color.

Estos daños, apuntó, parecen superficiales a simple vista, pero debilitan la toba y aceleran la degradación que sufren las estatuas por culpa de la erosión biológica.

“Tenemos 22 moáis en una lista de prioridad. Estos Moái, la idea es intervenirlos en el mediano plazo. No podemos esperar mucho tiempo antes de intervenir porque ya presentan en su mayoría desplazamientos. ¿Y cuál es el problema con el desplazamiento? Esto quiere decir que se van cayendo placas de toba. Entonces va deformando el moái y lo que conlleva es la pérdida de los rasgos estilísticos del moai. Perdemos la forma y ya deja de ser un moai”, relató Meza.

Para evitar que las misteriosas estatuas se caigan a pedazos, los expertos recomiendan técnicas costosas de consolidación para devolverle la estabilidad a la piedra y de hidrorepelentes para protegerla del agua.

Todas las intervenciones de conservación tienen que contar con el permiso previo del Consejo de Monumentos Nacionales de Chile y por el momento están a la espera de que les den el visto bueno para empezar a levantar recursos para la preservación de este sitio histórico.

Con lo que sí cuentan ahora es con fondos públicos para mantener el parque y cortar el pasto o preservar limpia las veredas y construir cortafuegos para evitar nuevos incendios.